Tanto el Gobierno central como la Comunidad de Madrid han repetido en diversas ocasiones que la salida del Reino Unido de la UE, conocido como Brexit, constituye una excelente oportunidad para la economía española, ya que, si en algo coinciden la mayoría de expertos y analistas, es que grandes empresas y firmas de inversión que, hoy por hoy, tienen su sede en Londres acabarán trasladándose a otras capitales europeas para no perder su acceso al mercado común.
Sin embargo, esta favorable perspectiva que pintan ciertos políticos está muy lejos de convertirse en realidad, puesto que España carece de las facilidades regulatorias y fiscales que poseen otros países para atraer a los posibles candidatos británicos. En la actualidad, España no se encuentra entre los destinos favoritos de empresas afectadas por el Brexit, al ocupar la séptima posición del ranking de candidatos. De acuerdo con los analistas y las declaraciones de distintos directivos, Frankfurt, Dublín o París son las opciones más valoradas por las distintas empresas como ubicaciones alternativas a Londres.
Sin embargo, a pesar de las perspectivas actuales, "España cuenta con las capacidades y con el potencial necesario para mejorar sus expectativas", según el informe La oportunidad Brexit. Impacto económico en España de la atracción de empresas afectadas por el Brexit, elaborado por PwC para la Junta de Compensación de Valdebebas, que se presentó el lunes en Madrid.
Para ello, sería necesario que las distintas Administraciones Públicas aporten "su granito de arena, trabajando en un marco regulatorio y fiscal que incentive a las empresas internacionales a considerar España como un destino atractivo", añade el estudio. Tan sólo en la medida en que los responsables políticos sean capaces de avanzar en esta línea, adoptando reformas más liberalizadoras y flexibles en materia laboral, mercantil, inmobiliaria, financiera o fiscal, "España podrá competir de tú a tú o incluso contar con ventajas comparativas frente al resto de países aspirantes".
En caso de que las autoridades asuman un papel más activo, trabajando en nuevos incentivos para situar a España en el radar de empresas e inversores británicos, el impacto sobre la riqueza nacional generado por la actividad recurrente de las empresas atraídas representaría un incremento anual de entre 1.300 y 3.600 millones de euros (entre un 0,12% y un 0,32% del PIB actual). Esta estimación procede del impacto directo (la actividad de las propias empresas atraídas), el indirecto (proveedores beneficiados de estas empresas) y el inducido (gasto de los empleados), y se produciría de forma permanente, generado anualmente, mientras las empresas mantuvieran su actividad en España.
En base al escenario más optimista (escenario B), la contribución total al PIB nacional derivado de la actividad de las empresas atraídas equivaldría, por ejemplo, a más de dos veces el PIB generado por el sector pesquero nacional, al 60% del peso directo en el PIB de la industria textil y confección en España y al 75% de la contribución directa al PIB del sector de I+D en el país.
Más de 53.000 nuevos empleos
Asimismo, el informe estima que el número de empleos en riesgo de relocalización que podrían ser atraídos a España, en el caso de darse las condiciones regulatorias óptimas, oscilaría entre los 5.400 y 13.900. En este contexto, los sectores más afectados por el Brexit serían el financiero y el tecnológico, que podrían recolocar a un mayor número de empleos fuera de Reino Unido, seguidos del farmacéutico, automoción y aeroespacial.
El efecto positivo de incentivar la atracción de empresas tendría igualmente un impacto positivo en el empleo nacional. En concreto, los escenarios definidos estiman la generación de entre 20.000 y 53.000 empleos nuevos y estables, que representan entre el 0,11% y el 0,29% del total de ocupados en España en 2016.
En el escenario más optimista, los sectores más beneficiados en términos de impacto de empleo directo e indirecto serían los servicios profesionales y empresariales, el comercio retail y la hostelería. La contribución total al empleo nacional derivada de la actividad de las empresas atraídas a España sería equivalente, por ejemplo, al 74% de los empleados del sector de telecomunicaciones en España, al número actual de empleados de la Administración Local de la Comunidad de Madrid y al 30% de los empleados del sector de la hostelería en Madrid.
Madrid, destino favorito en España
Además, la mayor actividad económica y los empleos generados previstos contribuirían de forma directa a las arcas públicas: entre 430 y 1.450 millones de euros cada año. Este incremento de los ingresos públicos sería equivalente, por ejemplo, a las subvenciones totales al sector transporte en 2016, al 25% del presupuesto en Defensa para 2016 o al 58% del gasto presupuestario en Educación el pasado año.
Por último, los autores estiman que la Comunidad de Madrid cuenta con una serie de puntos fuertes que le permiten ser la principal alternativa española a Londres, entre ellos, que su capital es el principal centro de negocios del país; su localización estratégica y el ser considerada puente de Europa con Latinoamérica; su plataforma logística y la existencia de infraestructuras de primera clase, que permiten conexiones interiores e internacionales; su alta disponibilidad de oficinas a precio competitivo -entre ellas el más de 1 millón de m2 de suelo disponible en Valdebebas-; su entorno fiscal favorable para las empresas y trabajadores impatriados; su naturaleza de ciudad cosmopolita, que ofrece calidad de vida con un coste competitivo; y un sistema educativo de alta calidad.