La Constitución boliviana que inspira al PSOE y a Podemos incluye el reconocimiento de más de treinta poblaciones indígenas originarias que, en virtud de la Carta aprobada en 2009, se ven inscritas como naciones del país andino. Llama la atención que algunas de estas comunidades tienen apenas cuatro decenas de habitantes y que el concepto de nación al que alude la Carta boliviana poco o nada tiene que ver con el debate territorial español.
La información demográfica de las naciones bolivianas proviene del censo, que ofrece periódicamente datos oficiales recabados por el Instituto Nacional de Estadística. Según esta fuente, sabemos que 2,8 de los 6,9 millones de habitantes de Bolivia pertenecen a alguna de estas naciones. Las dos más grandes: la Quechua y la Aymara, con 1,3 y 1,2 millones de habitantes.
De acuerdo con la Constitución de Bolivia que PSOE y Podemos han citado como ejemplo, las naciones son "colectividades humanas" que "comparten identidad cultural, idioma, tradición histórica, instituciones, territorialidad y cosmovisión". Se introduce, además, un corte temporal: solamente pueden ser consideradas naciones de Bolivia aquellas cuya existencia es "anterior a la invasión colonial española".
Más de 30 naciones
El listado de naciones bolivianas está desarrollado en varias instancias normativas, como la ley 26/2010, que incluye en su artículo 57 el reconocimiento explícito de 34 naciones. Con la salvedad de Quechua y Aymara, su población es inferior a 100.000 habitantes en todos los casos. Por encima de las 10.000 personas están las naciones chiquitana (87.885 habitantes), guaraní (58.990), mojeña (31.078), afroboliviana (16.329), guaraya (13.621), movima (12.213), tacana (11.173) e itonama (10.275).
Por debajo de la barrera de los 10.000 habitantes, pero en cifras de al menos cuatro dígitos, nos topamos con las naciones de Leco (9.006 habitantes), Kallawaya (7.389), Tsimane (6.464), Yuracaré (3.394), Weenayek (3.322), Maropa (2.857), Joaquiniano (2.797), Baure (2.319), Cavineño (2.005), Mosetén (1.989), Ayoreo (1.862) y Cayubaba (1.424).
Más pequeñas son las naciones que tienen una población de entre 100 y 1.000 personas. Por orden, son las siguientes: Araona (910 habitantes), Chacobo (826), Chipaya (786), Esse Ejja (695), Canichana (618), Sirionó (446), Yuracaré-Mojeño (292), Yuki (202), Pacahuara (161), Moré (155), Murato (143) y Yaminahua (132). Por último, la Ley reconoce tres naciones más, las más pequeñas. Se trata de Tapiete (99 integrantes), Guarasugwe (42 personas) y Machineri (38 habitantes).
Grupos étnicos definidos como nación, sin territorio propio
Pero estas naciones no suponen necesariamente una entidad territorial. Y es que, como refleja la propia ley 26/2010, se trata más bien del reconocimiento de diversos pueblos indígenas que residen en subdivisiones nacionales conocidas como departamentos. Así, estas naciones bolivianas son poblaciones que se reparten por regiones como La Paz, Santa Cruz, Cochabamba, Oruro, Tarija, Beni y Pando.
De manera que trasladar este debate a suelo español se antoja aún más despertado si tenemos en cuenta que, en realidad, la propia Constitución de Bolivia otorga un tratamiento a las naciones del país andino que poco tiene que ver con el debate territorial que tantos titulares está ocupando en nuestro país.
Estamos, por tanto, ante más de treinta poblaciones indígenas que se ven reconocidas como grupos étnicos diferenciados y adquieren por esta vía la definición constitucional de nación, pero que no reciben por ello un territorio propio y separado, sino que siguen enmarcados como residentes de las distintas subdivisiones regionales del país andino.