Como presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz fue la cara de la socialdemocracia europea en Bruselas entre los años 2012 y 2017. A comienzos del presente ejercicio, su partido le rescató para la escena política alemana, con el objetivo de impulsar su candidatura a la cancillería de la república teutona. No pocos medios se aventuraron a hablar del 'efecto Schulz'y anticiparon que el SPD tenía posibilidades de desbancar a la CDU de Angela Merkel como primera fuerza política.
Apenas han pasado tres meses desde entonces, pero el resultado de la 'Operación Schulz'no ha podido alejarse más de lo que anticipaban sus más fieles partidarios. Bild, el diario más leído del país, habla abiertamente de la 'Maldición Schulz'y empieza a dar por amortizado al líder de los socialdemócratas.
Schulz tiene a las encuestas en su contra. La última, publicada por YouGov y realizada la pasada semana, otorga a la CDU de Merkel una intención de voto del 37 por ciento, doce puntos por delante del 25 por ciento que se anotaría el SPD de Schulz. Atrás quedaron los sondeos que, en febrero y marzo, reducían a 4-6 puntos la ventaja de la canciller sobre su nuevo rival.
Pero no solo las encuestas auguran un batacazo de Schulz. También las elecciones regionales celebradas en los últimos meses apuntan a un triunfo claro de los conservadores y a una nueva derrota para los socialdemócratas europeos. En marzo, la CDU se impuso en los estados federados del Sarre, al oeste del país. El 7 de mayo, los comicios de Schleswig-Holstein también dejaron por detrás al SPD. Pero la gota que ha colmado el vaso ha sido el holgado triunfo de los conservadores en el länder de Renacía del Norte-Westfalia.
La prensa teutona ya no ahorra calificativos para el desastroso desempeño de los socialdemócratas. El Bild se preguntaba recientemente "si el líder del SPD es capaz de ganar alguna elección". El Handelsblatt, el económico de referencia, habla de "terremoto en la socialdemocracia alemana" y destaca que "ni Schulz ni su programa resultan convincentes para los votantes teutones". El Frankfurter Allgemeine apunta que Schulz no tiene discurso más allá de plantear "asuntos sociales" que solo interesan a sus votantes más fieles.
"Justicia social"
La candidatura de Schulz insiste en que es necesario "cambiar el modelo económico" del país teutón para promover la "justicia social". No obstante, las propuestas del SPD se están estrellando contra un muro y no están siendo capaces de seducir a los votantes alemanes, como demuestran los resultados de las encuestas y las elecciones regionales.
Schulz habla a menudo de "más inversión pública", pero el sólido liderazgo de Merkel en los últimos años parece haber reducido la popularidad de este tipo de propuestas. También, el SPD habla de "gastar menos en defensa", una vieja consigna que no parece tan popular en un contexto geopolítico complejo como el actual.
La larga trayectoria de Schulz en Bruselas ha llevado al SPD a pedir "más integración europea", especialmente en la Eurozona, pero la crisis de la moneda única ha desgastado la popularidad de este tipo de propuestas. Por otro lado, Schulz apuesta por aumentar los impuestos al ahorro, adoptando tipos progresivos y terminando con el flat tax del 25 por ciento que introdujo en 2009 un gobierno de coalición en el que la cartera de Finanzas estaba en manos de su propio partido. Finalmente, el llamado a revisar al alza el Impuesto de Sucesiones intenta activar el voto más izquierdista, pero no parece conectar bien con las clases medias.