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La izquierda británica se echa al monte y pide nacionalizar empresas

Corbyn, líder de Partido Laborista británico, radicaliza su discurso de cara a las próximas elecciones.

Corbyn, líder de Partido Laborista británico, radicaliza su discurso de cara a las próximas elecciones.
Jeremy Corbyn, líder del Partido Laborista | EFE

Desde que fue elegido líder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn ha apostado por radicalizar el discurso de su formación política y escorarlo hacia postulados socialistas que la izquierda parecía haber dejado atrás en los años 90, cuando el primer ministro Tony Blair consolidó una Tercera Vía basada en mantener un equilibrio moderado entre socialdemocracia y liberalismo. Según explica el Financial Times, "el nuevo manifiesto del Partido Laborista es el más radical desde 1983" y marca un hondo punto de inflexión para los laboristas del Reino Unido.

De cara a las elecciones del próximo 8 de junio, Corbyn y los suyos van a poner encima de la mesa la "renacionalización de los ferrocarriles", así como la recuperación del control estatal sobre la empresa de correos Royal Mail. Pero a estas propuestas hay que sumarle la de crear empresas públicas en el campo de la energía, con el objetivo de que operen en todas las regiones del país. Además, los laboristas también hablan de nacionalizar la red eléctrica y de reforzar significativamente el rol de OFGEM, el ente regulador del sector.

El discutido Corbyn, al que las encuestas dejan en una posición muy precaria, también apuesta por aumentar significativamente el gasto sanitario a un promedio anual de 7.600 millones de libras. Además, el Partido Laborista quiere crear un ministerio de Vivienda que construya cada año 100.000 nuevas viviendas de titularidad pública.

Más gasto y más impuestos

Para atraer a los jóvenes, los laboristas quieren poner encima de la mesa "la abolición de las tasas y matrículas universitarias", una medida que tendría un coste de 11.000 millones de libras y que habría que sumar a un aumento del gasto educativo valorado en 6.000 millones de libras anuales. Aún más dramático es el plan de infraestructuras: 250.000 millones de libras de gasto adicional durante la próxima década.

El programa incluye una subida del Impuesto sobre la Renta para las clases medias, que supondría un aumento de la recaudación valorado en 4.500 millones de libras. Pero el grueso de la recaudación adicional llegaría con nuevos impuestos a las rentas altas: el tipo del 45 por ciento pasaría de aplicarse a partir de las 150.000 libras de ingresos a hacerlo una vez las rentas superen el umbral de las 80.000 libras. Además, se crearía un gravamen adicional del 5 por ciento que elevaría al 50 por ciento el tipo contribuido por quienes ganen más de 120.000 libras.

En el documento se habla incluso de imponer una tasa a aquellas compañías que otorguen sueldos demasiado altos a sus directivos (excessive pay duty). A esto, habría que sumarle la propuesta de llevar al 26 por ciento el Impuesto de Sociedades, incluso a pesar de que los recortes de tipo aplicados durante el último lustro (del 28 al 20 por ciento) no solo no han reducido la recaudación sino que la han disparado casi un 30 por ciento.

Desde las filas del Partido Conservador, no han tardado en llegar críticas al programa de los laboristas, al que tildan de radical y de poco realista. Está por ver si Corbyn mejorará sus resultados con su manifiesto electoral o si seguiremos siendo testigos del desplome de la socialdemocracia, como ya ha hemos visto en otros países del Viejo Continente.

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