The Lancet es una de las revistas médicas más influyentes del mundo. En su número de mayo, la publicación británica ha elaborado un Índice de Acceso y Calidad de la Sanidad (en adelante, IACS) en el que evalúa las cifras de mortalidad para el período que va de 1990 a 2015, estableciendo así un interesante ranking en el que aparecen 195 países jerarquizados según el desempeño que tienen sus sistemas sanitarios.
Este monumental trabajo de investigación, financiado por la Fundación de Bill y Melinda Gates, toma en consideración todo tipo de enfermedades, con la intención de comprobar qué países logran contener sus efectos con mayor éxito. En el estudio entran la tuberculosis, las infecciones respiratorias, los desórdenes maternales o neonatales, los distintos tipos de cáncer, las enfermedades cardiovasculares, las dolencias digestivas, los problemas de respiración, la diabetes… Además, se consideran otros parámetros como el gasto por habitante, el número de camas de hospital por cada 1.000 personas, la cobertura de los sistemas sanitarios…
Una de las principales conclusiones del informe es que los resultados han ido a más con el paso del tiempo. Los dos siguientes mapas comparan el resultado de 1990 con el de 2015. De un simple vistazo se puede comprobar que, con el paso del tiempo, la gran mayoría de países ha mejorado sus sistemas sanitarios, con independencia de su nivel de riqueza o de su situación de partida.
La clasificación deja muy bien parada a España, que obtiene una puntuación de 89,6 puntos sobre 100 y ocupa el octavo puesto del mundo. Nuestros vecinos de Andorra se colocan en cabeza de la tabla, con 95 puntos. También en el top diez figuran Islandia, Suiza, Suecia, Noruega, Australia, Finlandia, Países Bajos y Luxemburgo, con notas que van de 89 a 94 puntos.
También obtienen un buen resultado Japón, Italia, Irlanda, Austria, Francia, Bélgica, Canadá, Eslovenia, Grecia o Alemania, que cierran el top veinte, o Singapur, Nueva Zelanda, Corea del Sur, Dinamarca, Israel, Chipre, Catar, Malta, República Checa o Reino Unido, que completan las treinta primeras posiciones. Portugal está en el número 31 de la lista, mientras que Estados Unidos aparece en el 35.
La calificación recibida por España ha mejorado progresivamente entre 1990 y 2015. En la primera medición, nuestro país se anotó 73,9 puntos, mientras que en 1995 cosechamos 78,1 y en 2000 llegamos a 81,4. Para 2005, la nota fue de 84,1, mientras que en 2010 llegó a 87,2. Lejos de hundir nuestra nota, la crisis y los ajustes en los niveles de gasto público sanitario no han impedido que España mejore de nuevo, hasta los 89,6 puntos que nos dejan en el octavo lugar de la tabla.