El Gobierno ha conseguido sacar adelante la reforma de la estiba este jueves en el Congreso de los Diputados.Al segundo intento y con la amenaza de huelga sobrevolando, el Ejecutivo ha logrado sumar al del PNV el apoyo de Ciudadanos, que se abstuvo hace dos meses, y del PDeCAT, que pasa del no a la abstención.
Para que su postura cambiase, el Ejecutivo ha introducido modificaciones al texto, fruto de la negociación con PDeCAT que suponen, según los sindicatos, algunos avances en cuestiones como la formación, el mantenimiento de los ámbitos y la eliminación del incentivo a los contratos de menos de siete días de duración, y ha adjuntado al real decreto-ley el acta de mediación de la negociación entre patronal y trabajadores.
El representante de la antigua Convergencia, Ferran Bel, ha justificado su cambio de postura por un "compromiso con Europa" mientras que el diputado de Ciudadanos, Fernando Navarro, ha dicho que el primer decreto "nacía muerto" por falta de consenso y se ha felicitado del desarrollo de los acontecimientos: "El tiempo transcurrido ha demostrado que sí había margen".
Para Podemos, este cambio de opinión de los nacionalistas catalanes y del partido naranja obedece a oscuras razones, como ha expresado la portavoz del partido morado, Irene Montero, que ha aludido a "un pacto con el PDeCAT para taparse las vergüenzas y la corrupción mutuamente".
En su intervención inicial, el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, apelaba a la "sensatez, mesura y sentido común" de las partes en conflicto. Después del debate, en una comparecencia en el escritorio de la cámara baja, De la Serna vinculaba la aprobación del decreto a la opinión mayoritaria de los españoles: "Perdimos aquella batalla en el pleno, pero ganamos la batalla de la calle. Ganamos la credibilidad de la sociedad, que de forma unánime nos trasladó al Gobierno que estábamos haciendo lo que teníamos que hacer".
El sector ha convocado ocho jornadas de huelga alternas (lunes, miércoles y viernes) en horas impares entre el 24 de mayo y el 9 de junio, ya que, según explican, el decreto-ley "esconde un expediente de regulación de empleo para más de 6.000 trabajadores organizados y con capacidad de negociación colectiva".
La bronca
El momento más tenso de la sesión se ha vivido durante la intervención del popular Miguel Barrachina. "Esperábamos que el PSOE bajase del monte", comenzaba el diputado del PP. "¿No les resulta raro a los trabajadores de la estiba que los que rechazan todo no presenten nada?", preguntaba a los representantes de este sector que se encontraban en la tribuna. En ese momento, comenzaban a gritar en la parte alta del Hemiciclo jaleados por los diputados de Podemos. Ana Pastor les llamaba al orden.
La bronca continuaba en la tribuna de invitados durante la intervención del diputado del PP lo que ha hecho que finalmente se desalojase. Los estibadores han dejado sus asientos entre gritos.
Ahí llegaba la segunda parte de la bronca. "Todo lo que alimente la revolución socialista les viene bien", continuaba Barrachina dirigiéndose a los diputados de Podemos lo que provocaba un cruce de gritos entre la bancada morada y la azul. "Voy a repasar el diario de sesiones y les llamaré para retirar del diario las palabras que me parecen que van en contra del decoro de la Cámara", llegaba a anunciar Pastor.
Un asunto sobre el que ha hablado a la salida del pleno el portavoz parlamentario del PP, Rafael Hernando, que ha anunciado que su grupo va a pedir tanto a la Mesa del Congreso como a la Junta de Portavoces que averigüe quién ha invitado a los estibadores a los que ha calificado de "grupo de incontrolados" que ha insultado a la presidenta del Congreso e intentado intimidar al diputado popular que defendía su postura desde el hemiciclo. Según Hernando, lo vivido hoy ha sido "una de las páginas más nefastas" de la historia de la Cámara Baja y un "espectáculo lamentable".