El Gremio de Hoteles de Barcelona ha interpuesto un recurso contra el Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (Peuat) del Ayuntamiento de Barcelona que incluye una moratoria para construir nuevos hoteles en la Ciudad Condal. El motivo de este recurso no es la prohibición de poder llevar a cabo un negocio nuevo, es la "irremisible decadencia" de los hoteles, según declaran, ya que la normativa de Ada Colau también prohíbe rehabilitar los ya existentes.
Según un comunicado del Gremio de Hoteles, la aplicación de esta medida municipal, en la práctica, impedirá que se puedan llevar a cabo reformas estructurales en los establecimientos hoteleros de la ciudad. Sobre que no puedan entrar nuevos competidores, aumentando así la oferta turística, no se han pronunciado.
Ello comportará una "situación de degradación progresiva de más de la mitad de los hoteles de Barcelona, que no podrán hacer obras de mejora y adecuación necesarias" en sus instalaciones para mantener el nivel de calidad requerido, lo que les conduce a una situación de "precariedad". La entidad ha iniciado un proceso de defensa de la planta hotelera de la ciudad con la presentación de este recurso contencioso administrativo.
El Gremio considera que esta degradación de la planta hotelera empeorará la calidad de los hoteles, la calidad turística de la ciudad y del turista que nos visita, lo que redundará en la calidad de vida de sus vecinos y en el dinamismo económico de la ciudad.
Los hoteleros consideran que el Peuat vulnera diversos aspectos fundamentales del tejido empresarial de la ciudad, ya que priva al sector de la libertad del empresario para dinamizar su negocio.
"Criminaliza el turismo"
Además, creen que la medida presenta "graves obstáculos" para la unidad del mercado, empeorando el entorno favorable para la libre competencia y la inversión, criminalizando el sector hotelero, en concreto, y el turismo de la ciudad en general, obvia los beneficios que la actividad turística genera en la ciudad, y deja de lado los esfuerzos del trabajo bien hecho.
Para el Gremio de Hoteles, el Peuat no es una herramienta para ordenar el turismo y no hace frente a la gestión que necesita la actividad turística de la ciudad.
El Peuat, según los hoteleros, tampoco da soluciones en aquellos temas que se han de corregir en el entorno de la actividad turística, como los pisos turísticos ilegales, foco principal de la conflictividad con los vecinos.
La entidad ha lamentado que se haya llegado a esta situación debido a la "falta de diálogo" por parte del Ayuntamiento de Barcelona con el sector hotelero de la ciudad.
El gremio ha recordado que casi 34,2 millones de turistas visitan Barcelona cada año, de los que poco más de 9 millones pernoctan en los hoteles, más de 3,5 duermen en pisos turísticos ilegales y 4,5 lo hacen en pisos turísticos reglados.
Por su parte, el Ayuntamiento de Barcelona ha asegurado que el Peuat permite llevar a cabo obras de renovación de hoteles, excepto las grandes rehabilitaciones que comporte derribar el edificio, en contra de lo que asegura el Gremio de Hoteles.
En un tuit, la teniente de alcalde, de Urbanismo, Janet Sanz, ha reaccionado al anuncio de interposición del recurso señalando: "Barcelona quiere gobernar el turismo. Queremos una ciudad para vivir y el Peuat es necesario. Hemos dejado atrás la barra libre".
Para delimitar bien el encaje urbanístico de los alojamientos turísticos existentes en las zonas donde no se permite crecer, el Peuat determina específicamente las obras de renovación que podrán llevar a cabo.
Así, por ejemplo, en la Zona 1, en la que no se pueden incrementar las plazas de alojamiento turístico ni crear más establecimientos, se permite a los existentes hacer obras para permitir su puesta al día y la modernización periódica pero, cuando las obras supongan una intervención global en los cimientos o estructura del edificio,será necesario que se reduzca en un 20% el número de plazas existentes y en calles estrechas, garantizar que el número de plazas resultantes es inferior a 50 y tramitar un plan especial.
En la Zona Específica 2, la corona de alrededor del centro, se admiten todo tipo de obras siempre que no supongan aumentar las plazas ni crear nuevos establecimientos, y que todo el tramo de calle que da frente a la fachada del acceso principal tenga una anchura mínima de 8 metros.