El porcentaje de la población española que sufre carencia material severa -una situación de dificultades o pobre real, no relativa- ha bajado por segundo año consecutivo en España, según última Encuesta de Condiciones de Vida que ha publicado este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
El indicador AROPE se construye con la población que se encuentra en riesgo de pobreza (que no pobreza real), con carencia material o con baja intensidad en el empleo. En el año 2016 -y con datos de renta de 2015-, un 2,1% de la población en España estaba a la vez en situación de riesgo de pobreza, con carencia material y con baja intensidad en el empleo. Por grupo de edad, cabe destacar la disminución del indicador AROPE entre los menores de 65 años.
El INE indica que la reducción global de la tasa AROPE en 2016 se produjo por la bajada de la carencia material severa, por segundo año consecutivo, tras pasar del 6,4% al 5,8%, y por la reducción de la baja intensidad en el empleo, desde el 15,4% al 14,9%. Para el Ministerio de Economía y Competitividad, este descenso una señal del "crecimiento inclusivo de la economía española".
La carencia material severa se define como la ausencia de al menos cuatro conceptos de los nueve que se preguntan en la encuesta: no puede permitirse ir de vacaciones una semana; no puede permitirse una comida de carne, pollo o pescado cada dos días; no puede mantener la vivienda con una temperatura adecuada; no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos; retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda; no puede permitirse disponer de un automóvil ni teléfono ni televisor ni lavadora.
Según la encuesta del INE, en 2016, el 49,5% de la población no tenía carencia en ninguno de los nueve conceptos, mientras que el 5,8% estaba en situación de carencia material severa (en al menos cuatro conceptos de la lista de nueve).
Asimismo, revela que de los nueve conceptos que determinan la inclusión de la población en este grupo, los más frecuentes fueron: no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos (afecta al 99,4% de las personas en situación de carencia material severa), no puede permitirse ir de vacaciones al menos una semana al año (99,2%), no puede permitirse mantener la vivienda con una temperatura adecuada (81,1%) y ha tenido retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda principal o en compras a plazos en el último año (75,7%).
Aumenta la renta
Por el contrario, aumentó el porcentaje de población en riesgo de pobreza, que se situó en el 22,3% -con datos de ingresos de 2015-, frente al 22,1% del año anterior -con datos de ingresos de 2014-, lo cual se debe al aumento del nivel de renta en España.
Fuentes del Ministerio de Economía han precisado que éste es un indicador estadístico que representa el porcentaje de población cuyos ingresos se encuentran por debajo del umbral de pobreza. "Al haberse producido un aumento de los ingresos por hogar, ha aumentado el umbral de riesgo de pobreza en casi 200 euros -en el caso de hogares unipersonales-, lo que supone una mayor inclusión de personas bajo este indicador, sin se haya producido necesariamente un empeoramiento de su situación económica", más bien al contrario. Así, en 2016 el umbral de riesgo de pobreza para los hogares de una persona (calculado con los datos de ingresos de 2015) se situó en 8.209 euros al año, un 2,5% más que el estimado en el año anterior. En hogares compuestos por dos adultos y dos menores de 14 años, dicho umbral fue de 17.238 euros.
Además, al considerar en el cálculo de la tasa de riesgo de pobreza el valor de la vivienda en la que reside el hogar, cuando ésta es de su propiedad o la tiene cedida gratuitamente, la tasa disminuye. Así, si se considera el valor del alquiler imputado, la tasa de riesgo de pobreza se situó en el 19,8% en la Encuesta de 2016. La población mayor de 65 años, que en mayor proporción es propietaria de su vivienda, presentó el menor porcentaje de riesgo de pobreza (6,3%). Por su parte, el mayor porcentaje se dio entre los menores de 16 años (28,4%).