Rajoy, Sánchez, Rivera e Iglesias el pasado mes de junio en un debate electoral | David Mudarra
Los partidos políticos deben tener puesta su mirada en el futuro y no quedarse anclados en el pasado. La política de siempre ya no vale, el "y tú más" no aporta nada al discurso; los insultos están fuera de toda lógica. El éxito del mañana ha de comenzar hoy con una proclamación de la confianza en nuestras propias capacidades. Ha llegado el momento de materializar la simbiosis entre los ciudadanos y los políticos.
Los partidos políticos deben tener una fuerza añadida, porque su vocación ha de coincidir con su compromiso. Son, serán capaces de escuchar y conocer los problemas y los anhelos de los ciudadanos. De todos y cada uno de ellos. No se pueden conformar con las estadísticas. Un partido político se debe a las personas, a las familias que se enfrentan diariamente a problemas reales. Un partido político debe tener el enorme aval de los deberes cumplidos, pero, aun así, debe redoblar el esfuerzo para que sus propuestas sean entendidas. En un nuevo escenario político, donde han surgido voces que tienden a hablar a gritos, sus ideas deben ser especialmente audibles.
Los partidos políticos deben ser creíbles y coherentes. Hay que superar la incertidumbre, la propia y la ajena, reafirmando su credibilidad y coherencia. Sin artificios, mediante hechos concretos. La retórica como un fin en sí misma ha pasado a la historia. Se deben a la realidad, al día a día de los ciudadanos. En la agricultura, en la industria, en la educación, en los servicios sociales o en la sanidad... En cualquier contexto, deben ser la referencia de las políticas fiables. Han de generar una confianza que sea palpable porque nace de esa realidad.
España tiene enormes potencialidades humanas y materiales. ¡Aprovechémoslas! No podemos esperar más. Para ello, hay que sentar las bases económicas que vertebrarán los municipios, las comunidades autónomas y el Estado en su conjunto y en las que se apoyarán nuestros mejores valores: las personas, su trabajo y su bienestar. Los partidos políticos han de avanzar en la consecución de la estabilidad política e institucional, en el diálogo constante y constructivo, que serán los distintivos fundamentales que nos van a ayudar a levantar un país mejor.
No concibo una gestión administrativa sin un intercambio de ideas fructífero y permanente, en el que haya feedback entre todos los agentes implicados: los empresarios de las grandes multinacionales que residen en nuestro país, y los de las pequeñas y medianas empresas (PYMES), que configuran más del 90% de nuestro tejido empresarial; los pescadores, ganaderos, sanitarios, o los representantes de los trabajadores…
Los pilares presupuestarios son fundamentales, pero las potencialidades económicas de la región y del país también lo son. De forma que debemos luchar, con todas nuestras fuerzas, por la creación de empleo y la reactivación económica. Debe entenderse que esa tarea es una prioridad absoluta porque no hay un modo mejor de defender el progreso y, sobre todo, el futuro de los españoles. Las personas son lo primero: el primer reto es su trabajo.
La economía, como la define Adam Smith o el británico Lionel Robbins, es la ciencia que estudia la administración de los recursos escasos. Ésa debe ser nuestra meta: la eficiencia en la gestión de los recursos públicos, para lo que será preciso racionalizar y administrar más eficientemente los ingresos y los gastos públicos.
Emma Ramos Carvajal es portavoz de Hacienda del PP en la Junta General del Principado de Asturias.
