La llegada de Syriza al poder ha supuesto una cascada de nuevos impuestos para los contribuyentes helenos. Así lo acredita el informe Taxing Wages elaborado por los técnicos de la OCDE. Según el mismo, el gobierno de Alexis Tsipras es el que más ha aumentado los impuestos al trabajo a lo largo del último año.
Para elaborar el informe Taxing Wages se toman como referencia dos grandes figuras fiscales. Por un lado, el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF); por otro lado, las Cotizaciones Sociales (CS). Sumando IRPF y CS podemos conocer cuál es la presión fiscal que soportan las rentas del trabajo. A la suma de ambas retenciones se la denomina cuña fiscal.
Tomando como referencia una renta media, los técnicos de la OCDE encuentran grandes diferencias entre el año 2015 y 2016. Así, hay países como Austria en los que los trabajadores han visto aumentar sus ingresos netos un 2,47 por ciento en 2016, gracias a la reducción de los impuestos sobre el trabajo.
Entre 2015 y 2016 también se dieron reducciones en la cuña fiscal de otros trece países desarrollados. Es el caso de Bélgica (-1,32%), Hungría (-0,78%), Portugal (-0,60%), Noruega (-0,40%, Francia (-0,34%), Irlanda (-0,24%), Islandia (-0,21%), Canadá (-0,13%), Estonia (-0,12%), Turquía (-0,09%), Italia (-0,08%), Suiza (-0,05%) o Reino Unido (-0,03%).
Por el contrario, la presión fiscal sobre las rentas del trabajo se mantuvo constante o aumentó en el resto de países miembros de la OCDE. Las subidas fueron inferiores al 0,10 por ciento en Chile (0,00%), Dinamarca (0,02%), Luxemburgo (0,05%), Polonia (0,05%), Alemania (0,05%), España (0,09%), Eslovenia (0,09%) y Letonia (0,10%). Entre el 0,10 y el 0,20 por ciento se situaron los aumentos de la cuña fiscal observados en Eslovaquia (0,12%), Japón (0,12%), Estados Unidos (0,15%), Corea del Sur (0,18%) o República Checa (0,19%). Peor fue la evolución en Suecia (0,21%), Finlandia (0,22%) o Australia (0,23%).
Sin embargo, las subidas más pronunciadas se dieron en Nueva Zelanda y México (con un aumento del 0,33%), Países Bajos (con un repunte del 0,40%), Israel (con una subida del 0,57%) y Grecia (donde la cuña fiscal aumentó un 1,06% entre los años 2015 y 2016).
Hay, eso sí, una gran diferencia entre el país griego y el resto de naciones que ocupan los primeros puestos de este ranking: mientras que Nueva Zelanda, México, Países Bajos e Israel tienen un modelo de impuestos más bajos, Grecia lleva años consolidando un sistema tributario mucho más confiscatorio, de manera que la subida aprobada por Tsipras supone un golpe adicional a unos contribuyentes que ya llevan años sufriendo el franco deterioro de su marco fiscal.