Federico Fernández es investigador del Austrian Economics Center. Además, es el fundador y presidente de la Fundación Bases, con sede en la ciudad argentina de Rosario. Lleva más de una década difundiendo las ideas del liberalismo y de la escuela austriaca de economía.
Libre Mercado se ha reunido con Federico Fernández con motivo de su participación en el Free Market Road Show, una gira de conferencias liberales promovida por el propio Austrian Economics Center y coordinada en Madrid por el Instituto Juan de Mariana. Sobre la mesa, la actualidad política y económica de Argentina, así como los últimos acontecimientos que estamos viviendo en América Latina, Europa y Estados Unidos.
-La última vez que nos vimos, Kirchner era presidenta. ¡Hay esperanza!
Sin duda. Me preocupaba el rumbo de Argentina. Los Kirchner adoptaron las políticas del chavismo, con cuatro años de retraso, pero con la intención de recorrer el mismo camino. Y el resultado que dejan sus años en el gobierno es desastroso. En términos económicos, se adoptaron todo tipo de bloqueos, trabas, regulaciones… En resumen, una amplia gama de medidas que hizo que la inversión se desplomase, la inflación se desbocase, el crecimiento se agotase… Lo que estaba en juego en las últimas elecciones era, al fin y al cabo, que ese modelo siguiese en pie o que se diese la posibilidad de un cambio.
-Y ese cambio tiene nombre y apellidos: Mauricio Macri. La pregunta es si logrará darle al vuelta a las cosas. El reto es mayúsculo…
Cristina Fernández de Kirchner dejó el poder tras cinco años de recesión. ¡Cinco años de recesión! Es un legado muy complicado. Pero hago una valoración muy positiva del nuevo gobierno de Mauricio Macri. En el legislativo, apenas cuenta con el apoyo de 14 senadores, en una cámara con 70 representantes. A pesar de este importante handicap, se han logrado grandes avances. De entrada, se levantó el cepo cambiario de manera rápida y certera. Además, en materia de política internacional, creo que lo estamos haciendo todo bien: hemos entrado como miembro observador en la Alianza del Pacífico, hemos llegado a acuerdos con los acreedores para resolver de una vez el problema de la deuda, hemos alzado la voz frente al chavismo…
-Se critica un cierto gradualismo en su programa de gobierno, pero aún así vemos que las cifras empiezan a mejorar.
El consenso de las consultoras económicas es que el crecimiento del PIB puede llegar al 3,5 por ciento a lo largo de 2017. Deberíamos crecer más aún, pero tras cinco años en números rojos, un 3,5 es un claro avance. Por otra parte, la inflación va cayendo y puede cerrar 2017 en el entorno del 20 por ciento, tras haber alcanzado niveles cercanos al 50 por ciento. Y, sobre todo, estamos viviendo un giro de 180 grados en la discusión política. Ya no se plantea 'regular todo, expropiar todo', sino abrir los mercados a la competencia, adoptar reformas liberales…
-¿Sigue habiendo respaldo social a ese cambio o se ha perdido la popularidad inicial?
Creo que el triunfo de Macri simboliza un cambio social que trasciende la figura del propio presidente. Lo que de verdad estamos viendo es el hundimiento del peronismo. Lo vemos, por ejemplo, en los buenos resultados electorales que ha obtenido la candidatura de Macri en provincias como Buenos Aires, el antiguo feudo de la izquierda que, tras años y años de empobrecimiento, ha terminado apoyando con entusiasmo al ahora presidente.
-Parece que toda la región está tomando nota… ¿Gira América Latina a la derecha? ¿Se acaba la larga noche socialista?
Está pasando algo a nivel regional y soy muy optimista sobre lo que puede pasar a medio y largo plazo. Perú lleva décadas reformando su economía y abriéndola a la globalización. Brasil ha pasado de ser un problema a ser una posible solución, porque el giro que ha dado en los últimos años redunda en una clara mejora de la situación política, paso previo para un cambio económico.
Chile es un caso de éxito liberal y Michelle Bachelet ha visto cÓmo su popularidad se ha hundido en cuanto ha intentado dar un giro de izquierda radical. Colombia ha mejorado mucho en las últimas décadas.... De manera que, sin duda, creo que sí estamos viviendo un punto de inflexión.
-En España hemos estado cerca de caer en las manos del populismo de izquierda radical. ¿Cómo ve nuestra situación?
Es importante subrayar que España ha logrado evitar la llegada de Podemos al gobierno. Si Pablo Iglesias hubiese llegado a La Moncloa, las ramificaciones habrían sido profundas y las consecuencias habrían sido nefastas porque sus ideas son nefastas. Creo que, si Podemos hubiese alcanzado el poder, España habría sufrido algo similar a lo ocurrido en Grecia, pero con consecuencias mucho más duras. Pero está claro que el populismo ha entrado en España, ese virus está ahí y ha infectado la política española. Por tanto, lo que me preocupa es que Podemos no termine de desaparecer y que siga siendo una amenaza real.
-¿Y qué me dice de Trump?
De entrada, que es un fenómeno que debe ser estudiado por la ciencia política. Tenía en contra a la oposición, a su propio partido, a los medios de comunicación, a las élites intelectuales… Por tanto, su victoria ha sido total y ha tumbado por completo todo orden establecido. De su programa económico, me preocupa la retórica proteccionista. El proteccionismo no trae nada bueno. Sobre el resto de medidas que defiende, creo que será un presidente mejor que muchos antecesores, no creo que le cueste mucho hacerlo mejor que Bush o que Obama.