Mariano Rajoy y Cristóbal Montoro no han cumplido con su objetivo inicial de déficit en ninguno de los cinco años que llevan como presidente del Gobierno y ministro de Hacienda. De hecho, ni siquiera se han acercado. Puede que muchos ciudadanos piensen que no es sencillo cuadrar las cuentas del Estado, que hay muchos imprevistos o que a lo largo de un año pueden pasar muchas cosas que obliguen a cambiar los planes. Y es cierto. Pero cuidado, lo más llamativo del incumplimiento continuo de Montoro y Rajoy es que casi siempre llega del mismo lugar: los ingresos, que se quedan cortos un año tras otro.
Quizás en 2012 o 2013 tenía alguna justificación, porque también se quedaban cortas las previsiones en cuanto a crecimiento o empleo. Ya no es así. En 2015 y 2016, el Gobierno ha acertado con su pronóstico respecto a la subida del PIB y en creación de puestos de trabajo. De hecho, si acaso se ha quedado corto. Como recuerda Luis de Guindos a menudo, las previsiones del cuadro macro de los últimos dos años han sido muy conservadoras. Es decir, que han preferido ser cautos y no pillarse los dedos con una cifra de crecimiento excesiva (que implicaría más ingresos como consecuencia de la mayor actividad económica).
Sin embargo, a pesar de todo ello, Rajoy y Montoro no dan una en lo que tiene que ver con la recaudación. No ya es que no acierten, es que parece que cada año se alejan más del objetivo marcado. Tanto en lo referente a los impuestos como a las cotizaciones sociales, el Gobierno del PP se ha quedado corto en su previsión de ingresos en todos los años en los que ha planteado un Presupuesto. En el último ejercicio el descuadre ha sido de más de 20.000 millones. Es una cifra demoledora. En 2016 la economía española creció un 3,2% y se crearon más de 400.000 empleos. Pues bien, ni siquiera así se acercaron a lo previsto en los Presupuestos Generales del Estado para 2016.
Podría parecer que éste es un tema menor o que hay que pasar página, ya que al fin y al cabo hablamos de PGE de años anteriores. Pero la sombra de estos incumplimientos se cierne también sobre las cuentas del Estado de los próximos ejercicios.
Por ejemplo, en lo que hace referencia a los PGE-2017, casi todo el ajuste se hace a través de los ingresos. Como ya explicamos la pasada semana, cuando se presentaron las grandes cifras, el gasto total se mantiene más o menos constante (con una subida del 1,3% respecto al Proyecto de PGE de 20169. Pero la reducción del déficit comprometida con la UE no es menor. España tiene que pasar de un déficit público equivalente al 4,54% en el último año al 3,1% para este 2017. Son unos 17.000 millones de euros de ajuste que llegarán por el lado de los ingresos. O al menos eso es lo que dice el Gobierno. Porque viendo su historial de incumplimientos, hay muy pocos elementos para confiar en que cumplirán con su compromiso.
Pasado y futuro
Lo ocurrido hasta ahora queda resumido en el siguiente cuadro. En las dos primeras líneas, en azul, tenemos la previsión de recaudación que incluyen los PGE de cada año en los impuestos que recauda el Estado: IRPF, Sociedades, IVA, Impuestos Especiales, tasas… La tabla muestra tanto lo previsto en el Proyecto original de Presupuestos como lo recaudado de acuerdo a las cifras que da Hacienda en sus informes anuales de recaudación (los datos están en la página 20 del Informe Anual de Recaudación de 2015). Para 2016 y 2017 tomamos los datos incluidos en el Libro Amarillo de los PGE de 2017.
En las casillas resaltadas en naranja están las cifras correspondientes a las cotizaciones sociales. Comparamos la previsión de ingresos incluida en el Libro Amarillo de cada Presupuesto desde 2012 a 2017 con las cifras reales de recaudación que ofrece la Seguridad Social en su web.
Los datos son demoledores. Ni un solo año la recaudación por impuestos o por cotizaciones sociales ha alcanzado la prevista. De hecho, fue en 2012, el peor ejercicio de la crisis y con el Gobierno recién aterrizado, en el que el desequilibrio fue más acusado. Desde entonces, se disparan las cifras. La media es de 13.000 millones menos de ingresos en estas partidas de lo previsto. Pero en 2016 hablamos de casi 21.000 millones de diferencia entre lo previsto y lo recaudado por ambos conceptos.
De hecho, el año pasado se merece un análisis aparte. Porque, como apuntábamos, fue un ejercicio excelente, tanto para el empleo como para el crecimiento. Incluso hubo algo de inflación. No mucho, un 1,6% en el conjunto del año, pero sí lo suficiente como para incrementar algo los ingresos nominales, que son los que miden los PGE. Las subidas de precios y salarios siempre son una pequeña ayuda para Hacienda. Pues bien, ni con todos estos elementos favorables de su lado Montoro se acercó a las cifras previstas de recaudación. Ya en su momento, cuando presentó las cuentas en el otoño de 2015, unas semanas antes de las elecciones, hubo muchos analistas que apuntaron a que el cumplimiento de los objetivos de recaudación era poco realista. La cifra final deja cortas aquellas críticas. En lo que respecta a la Seguridad Social, el PGE de 2016 anticipaba unos ingresos de más de 117.000 millones y se han quedado en 133.500. ¿Hay alguna forma de explicar esta diferencia? Este martes, Libre Mercado le preguntaba al ministro por este tema en la rueda de prensa posterior a la presentación de los PGE en el Congreso. No hubo respuesta por su parte.
Llegados este punto, hay que mirar el futuro. Y hay al menos dos cuestiones que merecerían una explicación. La primera es qué dicen en Bruselas de estas cifras. España incumple de forma reiterada sus objetivos de déficit. Quizás en la Comisión Europea estén acostumbrados. Pero quedarse corto por casi 14.000 millones en la previsión de las cotizaciones sociales en un año en el que creces al 3,2% debe estar cerca de ser un récord mundial.
La segunda pregunta es qué fiabilidad tienen las cuentas de este año. Porque recordemos que lo fundamental para llegar a ese déficit del 3,1% al que nos hemos comprometido con Bruselas hay que disparar la recaudación tanto en cotizaciones como en impuestos. En ingresos tributarios, la previsión de Hacienda es alcanzar los 200.963 millones de euros, un 7,9% más que lo recaudado en 2016 (186.249 millones). En IRPF la previsión es de subir un 7,7%, en Sociedades un 12,6%, en IVA un 7,3%… En cotizaciones sociales, la previsión es recaudar 110.560 millones, casi 7.000 millones más que lo obtenido en 2016, un 6,8% de incremento.
¿Logrará España este incremento en Impuestos y en Cotizaciones? Del 5% de crecimiento del PIB nominal (3% de subida del PIB + 2% de inflación) al 7,9% de incremento de la recaudación impositiva que prevé Hacienda, hay un trecho no menor. Si no se logra, no cumplirá con lo prometido a la UE. Montoro se agarraba el otro día a dos datos. En primer lugar, la recaudación tributaria en enero y febrero está un 6,7% por encima de los mismos meses de 2016. Y a esto le sumaba que la inflación está por encima del 2% (2,3% en marzo) y podría seguir subiendo. Por eso, el ministro de Hacienda se dice optimista en lo que hace referencia a su previsión de ingresos. También lo era en años anteriores. Pero esta vez asegura que sí cumplirá. Dentro de un año, la sentencia.