Las condenas por okupación se han disparado en los últimos años. Entre 2008 y 2015, las condenas por delitos de usurpación han pasado de 488 a 3.278. Pero, evidentemente, muchos casos no acaban en los juzgados y, los que sí lo hacen, quedan a menudo sujetos a largos procedimientos que pueden prolongarse durante meses e incluso años.
La situación en las capitales es especialmente alarmante. En Madrid, la okupación se ha multiplicado por siete. En Barcelona, la actividad de estos movimientos ha crecido un 66 por ciento en los últimos años. Pero el problema se reproduce por toda España, con elevadas ratios de okupación en regiones como Andalucía, Aragón o Murcia.
Pero algo está cambiando. Y es que, aunque el auge de Podemos ha dado alas a estos grupos, la impunidad en la que se movían hasta ahora está empezando a encontrar respuestas efectivas que, curiosamente, no vienen de la Justicia ni de la Policía, sino que nacen del sector privado. Es el caso de Desokupa, una empresa que se ha especializado en actuar contra este tipo de comportamientos.
LD ha hablado con uno de sus promotores, al que llamaremos "J". Según nos cuenta, esta aventura empresarial empezó oficialmente hace un año, en abril de 2016, si bien el proyecto bebe de experiencias anteriores que sus fundadores vivieron en primera persona: "Sufrimos la okupación de una serie de propiedades vinculadas a nuestro entorno. Ante esta situación, nos pusimos a estudiar la legislación, para ver qué podíamos hacer".
Era diciembre de 2013 y J admite que el episodio les cogió por sorpresa: "Hablamos de un edificio de Barcelona que fue okupado por carteristas musulmanes que cometían todo tipo de delitos y actuaban como una auténtica banda. Tuvimos que mirar con cuidado qué se podía hacer. Pero aquel fue el primer paso".
El 'modus operandi'
A veces se describe a Desokupa como una empresa especializada en hacer "desalojos" de inmuebles que han sido usurpados, de manera que uno podría pensar que los profesionales de esta compañía entran por la fuerza en las viviendas y expulsan de allí a los okupas. Pero la realidad es más compleja, ya que hacer algo así no sería legal. De manera que el trabajo de Desokupa es mucho más complejo de lo que podría parecer.
"Ante todo, lo que hacemos es reforzar el servicio de seguridad, protección y vigilancia que se puede dar a cualquier propiedad privada. En cuanto pones los medios, el okupa se ve debilitado. Lo primero que hicimos fue establecer controles de seguridad en los inmuebles, para que nadie pudiese entrar y salir si no era propietario o si no contaba con consentimiento de un arrendatario o propietario. Pero luego hemos avanzado en nuevas direcciones. Por ejemplo, evitamos que se robe la luz o el agua de los vecinos, mediamos y dialogamos con los okupas para que desistan y se marchen…", explica.
J nos cuenta que la empresa no ha tenido ningún problema con la policía y lamenta la "cultura de desobediencia civil que se ha instaurado en Cataluña y que amenaza con extenderse por España. Esto deja a las fuerzas de seguridad en fuera de juego y da alas a estos colectivos".
‘No nos solemos encontrar familias en riesgo de exclusión’
Como recuerda J, "el movimiento okupa nace en los años 60 e inicialmente estaba ligado a inmuebles abandonados, pero hoy vemos una realidad muy distinta. Es cierto que hay muchos perfiles, pero no nos solemos encontrar a familias en riesgo de exclusión social, sino a mucha gente ligada a mafias, gente que hace de la okupación un estilo de vida y que pretende disfrutar de una vivienda por la cara, grupos organizados…".
"Hoy en día, el proceso de desokupación suele ser rápido y normalmente lo resolvemos en cuestión de horas, que es lo que tardan en irse, pero también es cierto que hay ocasiones en que todo el proyecto puede extenderse durante una o dos semanas. Para estar preparados, siempre seguimos un protocolo muy claro. De entrada, cada vez que nos contactan recogemos toda la historia de la okupación, con ánimo de hacer una reconstrucción de lo ocurrido. Luego investigamos la situación del inmueble, para tener más información y criterio. A continuación hablamos con nuestros abogados, para elegir la mejor manera de gestionar cada caso. Y luego, cuando ya se cumplen todos esos puntos, procedemos a actuar", señala.
El manifiesto de valores de la empresa insiste en la" defensa del derecho a la propiedad privada, como indica el artículo 33 de la Constitución Española". Desokupa apunta que su "responsabilidad social es el fiel compromiso con la ley como herramienta para acabar con un problema que vulnera la propiedad privada y enmascara otros muchos delitos".