¡318.443,7 millones de euros! Ésta es la cifra del gasto total no financiero que recogen los Presupuestos Generales del Estado para 2017 (PGE-2017) que Cristóbal Montoro ha presentado este martes en el Congreso de los Diputados. Las pensiones y las prestaciones económicas para el fomento del empleo son las partidas que más crecen. A cambio, se reduce el gasto en prestaciones por desempleo y también cae algo el coste a pagar por el pago de intereses de la deuda pública.
Normalmente no es sencillo desentrañar todos los secretos que se incluyen en el Proyecto de los PGE, pero este año es todavía más complicado. Porque en esta ocasión los cuadros de Hacienda no sólo comparan las cifras con las que se incluían en el proyecto de los anteriores presupuestos, sino que también tenemos datos de ejecución presupuestaria de 2016. Por lo tanto, hay dos elementos sobre los que medir las subidas o bajadas de gastos e ingresos: cifras previstas en el proyecto y también las finalmente ejecutadas. En este sentido, nuestra comparación se hará sobre los datos del PGE original de 2016, que son los que incluye el Ministerio en su proyecto.
Las dos grandes cifras de los PGE presentan caminos divergentes. En lo que hace referencia a los ingresos, el Gobierno prevé una ligera reducción (-2,6%) respecto a los PGE de 2016. Los ingresos consolidados no financieros pasan de 287.632 a 280.211 millones. Mientras tanto, los gastos no financieros suben de 314.484 a 318.443 millones, un 1,3% más que el pasado año. Con estos dos datos, el déficit previsto por Hacienda se sitúa en el 3,1% del PIB, de acuerdo a lo pactado con Bruselas.
En cuanto al desglose de los gastos (ver cuadro con el Resumen por políticas de gasto, pág. 69 del Libro Amarillo), destacan dos partidas. Por un lado, las pensiones, que siguen su senda ascendente de los últimos años y ya suma 139.647 millones de euros para los PGE de este año, un 3,1% más que en las últimas cuentas.
Junto a las pensiones, crecen las políticas de gasto de apoyo a los desempleados, agrupadas en tres líneas: las llamadas "otras prestaciones económicas", que pasan de 11.686 a 13.501 millones (un 15,5% más). Aquí se agrupan las ayudas dirigidas a cubrir la pérdida de rentas salariales dejadas de percibir por la imposibilidad temporal de trabajar (por ejemplo, el nuevo permiso de paternidad aprobado en el Congreso hace unos meses). También las partidas de "servicios sociales y promoción social" y de "fomento del empleo" ven incrementarse su presupuesto en un 4,9 y 5,5% respectivamente.
Montoro ha querido destacar el incremento de las partidas denominadas de "gasto social", que pasan de 188.135 a 191.356 millones, un 1,7% más (de 168.514 a 173.038 millones si quitamos el gasto en desempleo, un 2,7% más que hace un año).
Ingresos: más de lo recaudado, menos de lo previsto
En lo que tiene que ver con los ingresos se produce una curiosa paradoja. Por un lado, casi todos los cuadros que el Gobierno presenta ofrecen una previsión de incremento de la recaudación para las arcas públicas. Pero, al mismo tiempo, la comparación de ingresos prevista entre este proyecto de Presupuestos y el del 2016 muestra una reducción de los 287.000 millones de ingresos consolidados no financieros previstos en septiembre de 2015 a los 280.000 millones que recoge el proyecto presentado este martes.
La razón de esta divergencia reside en el incumplimiento de las previsiones. El propio Alberto Nadal, secretario de Estado de Presupuestos, reconocía durante la rueda de prensa que lo que se marcó como objetivo de ingresos para los PGE-2016 fue demasiado "optimista".
El problema es que en un Presupuesto que mantiene bastante constantes los gastos de un año para otro, la mayor parte del ajuste previsto en el déficit para el año que viene tendrá que llegar desde los ingresos. España se ha comprometido a pasar de un 4,54% del PIB (4,33% sin contar las ayudas a la banca) a un 3,1% en un solo ejercicio.
Como apuntábamos el viernes, cuando Montoro presentó las grandes cifras de los PGE tras el Consejo de Ministros, sólo una gran subida de la recaudación, que nos lleve a los mayores ingresos por impuestos de nuestra historia, permitiría que las administraciones públicas españolas alcanzasen su objetivo original de déficit por primera vez desde la crisis de 2007. De esta manera, Hacienda prevé que los ingresos tributarios pasen de los 186.249 millones que se han recaudado de forma efectiva en 2016 a los casi 201.000 millones que contienen estos PGE para 2017.
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Lo mismo ocurre cuando hablamos de cotizaciones sociales, que también se quedaron muy cortas el pasado año respecto a la previsión contenida en los PGE de 2016. Nadal ha apuntado a que subirán un 6% respecto a la recaudación real, pero pasan de los 117.242 millones incluidos en las cuentas de pasado año a los 110.560 previstos para 2017 (la recaudación real se quedó en 103.516 millones).