Leí este titular en las páginas de Madrid de El País: "La economía crece abrazada a los servicios, pero sin plan alternativo". Vaya, por Dios, qué desgracia.
Nótese que la economía en la Comunidad de Madrid no sólo crece, sino que además lo hace por encima de la media nacional, pero el pensamiento único no concibe que las personas trabajen e inviertan como mejor les parezca. De eso nada: hay que organizarlas, porque igual resulta que se dedican a los servicios. Para los sindicatos y la oposición es muy grave que el Gobierno no haya convocado aún un altanero delirio intervencionista denominado "Mesa para el desarrollo económico y modelo productivo", para corregir por fin el excesivo peso del sector servicios en la autonomía madrileña. Protesta Reyes Maroto (PSOE): "No hay un plan estratégico a medio y largo plazo". Y se suma Eduardo Gutiérrez, de Podemos: "La ausencia de políticas industriales es total".
La idea de que la economía se organiza eficazmente a golpe de políticas gubernamentales es más que dudosa, entre otras razones porque no hay forma humana de saber realmente cuál debe ser el peso de la industria, la agricultura o los servicios en cualquier economía. Y sin embargo todos los partidos, incluido el PP, se arrogan la capacidad de saber cuánta industria necesitamos. Esto es un disparate que será más o menos dañino cuanto menos o más retórica incluya.
En efecto, cuando se pasa a los hechos, la mayoría de los políticos propone subir los impuestos para organizar "el modelo productivo", sin percibir que igual eso resulta poco productivo. Los señores de Podemos, naturalmente, no quieren ni oír hablar de bajar los impuestos. Declaró Eduardo Gutiérrez: "La Comunidad tiene los impuestos más bajos de todas las autonomías, sobre todo para los superricos". Lógicamente, no perdió ni un minuto en pensar que si la Comunidad es más amigable con los trabajadores que otras autonomías, igual la relativamente baja presión fiscal tiene algo que ver.
Pero todos los políticos se apuntan a la razón política, es decir, a la fantasía de que las cosas pueden ir bien e incluso mejor si se gasta más dinero de los contribuyentes. Lamentó Susana Solís, de Ciudadanos: "Hay que destacar la nula ejecución de los planes de I+D+i y transferencia tecnológica, que estaban dotados con 17 millones y que se han reducido a 13 millones, sin que se haya gastado ni un euro hasta octubre. La partida para el Plan de Fomento de Polígonos Industriales, que tenía una dotación de 800.000 euros, ha sido cancelada". A ver si ahora que son liberales comprenden que el gasto público no es gratis.