La Comisión Europea publica cada tres años su Índice de Competitividad Regional, un informe en el que se evalúan tres grandes categorías que determinan el dinamismo económico y la calidad institucional de las divisiones territoriales de los 28 países miembros de la UE.
El Índice incluye diversos subíndices. Quizá el de mayor interés de todos es el dedicado a la corrupción. Al fin y al cabo, las encuestas llevan años confirmando que este asunto es uno de los que más preocupa a los españoles, solo por detrás del problema del paro. El indicador dedicado a la corrupción evalúa su incidencia en el ámbito de los servicios públicos y combina datos de dos proyectos de investigación: Quality of Government, un informe elaborado por la Universidad de Gotemburgo, y Worldwide Governance Indicators, una iniciativa ligada al Banco Mundial.
Según el documento de la Comisión Europea, la comunidad autónoma con menos corrupción es La Rioja, que recibe una nota de 0,13 y, por tanto, se sitúa por encima del promedio comunitario. El top cinco lo completan Cantabria, Extremadura, Murcia y País Vasco, seguidas de cerca por Madrid, Navarra, Castilla y León y Asturias.
En el extremo opuesto nos topamos con las comunidades en las que la incidencia de la corrupción es más grande. La peor nota se la lleva Andalucía, seguida de Galicia, Canarias, Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha. También destaca para mal la calificación que reciben Cataluña, Baleares y Asturias.