El pasado 22 de febrero, la cadena de supermercados danesa Wefood, que solo vende productos caducados y con taras, celebraba, además de su primer aniversario, el éxito cosechado durante estos últimos 12 meses. Su idea ha dado la vuelta al mundo y multitud de empresas, tanto danesas como de otros países, han querido seguir esta idea de negocio solidario.
Los impulsores de este proyecto son la ONG danesa DanChurchAid y el Banco de Alimentos danés y su principal objetivo es concienciar sobre el desperdicio de alimentos. Pan, fruta, verduras, productos lácteos y hasta periódicos que no se han vendido a lo largo de la mañana son algunos de los productos que se pueden encontrar en sus estanterías.
La iniciativa, que ha sido apoyada por las instituciones gubernamentales del país, no solo está dirigida a personas con bajos ingresos, sino a todas aquellas familias que se preocupan por el desperdicio de alimentos. Según publican en su página web, más de un tercio de los alimentos producidos en el mundo se tiran a la basura, un dato que contrasta con los casi 800 millones de personas que todavía se encuentran en una situación de pobreza extrema.
Wefood tiene, de momento, dos establecimientos y el último de ellos abrió sus puertas en el mes de noviembre, sin haberse cumplido un año de la puesta en marcha de la iniciativa. En los dos primeros meses, atendieron a más de 10.000 clientes y los beneficios obtenidos contribuyen a financiar proyectos de la asociación.
Donaciones y voluntarios, los pilares de Wefood
Wefood ofrece productos que otros supermercados y pequeñas tiendas no pueden vender por proximidad o vencimiento de la fecha de caducidad, etiquetas erróneas o embalajes defectuosos. Productos que, según la legislación danesa, son adecuados para el consumo y que se venden con descuentos de entre un 30% y un 50%.
Los productos a la venta no son siempre los mismos, ya que dependen de las donaciones del día. Además, a diferencia de otros supermercados de excedentes, está permitida la entrada a todo el mundo. Todas las personas que trabajan en los supermercados son voluntarios y el único que recibe un salario es el Project manager, según una entrevista realizada a Sofie Amalie Damkjær Østensgård, de Wefood, por Markonomia.
No obstante, Dinamarca es uno de los países con mayor número de iniciativas de este tipo y, durante los últimos cinco años, los daneses han conseguido reducir el desperdicio de alimentos en un 25%. Francia es otro de los países que promueve este tipo de políticas y, hace un año, se convirtió en el primer país que prohibía a los supermercados con más de 400 metros cuadrados de superficie tirar los alimentos no vendidos.