Libre Mercado ha entrevistado a Greek Analyst, el analista económico griego de referencia para seguir la crisis del país heleno. Tras la publicación de la primera entrega de la conversación (ver aquí), a continuación pueden consultar la segunda parte de la entrevista.
- ¿Está cumpliendo Syriza con los términos del tercer "rescate", pactados a mediados de 2015 tras una intensa y caótica negociación con los acreedores?
La respuesta a esa pregunta es un rotundo "no". En algunos casos, se está retrasando la aplicación de las reformas. En otros casos, se están implementando de manera incorrecta. Y, por último, también hay aspectos acordados con los acreedores que ni siquiera se han puesto encima de la mesa por parte del Gobierno, de manera que han quedado aparcados.
Solamente mueven ficha cuando se acercan las fechas límite, pero tras las votaciones express que evitan el bloqueo de los fondos, volvemos a las andadas. Y sí, es cierto que los anteriores gobiernos dejaron mucho que desear a la hora de asumir las reformas pactadas, pero en esto Syriza juega en otra división, porque ha transcurrido ya un año y medio desde la firma del "rescate" y no ha habido ningún esfuerzo serio para cumplir con los términos del pacto. Incluso con aquellas cuestiones que eventualmente se empiezan a tramitar, vemos que ministros del gobierno o parlamentarios de la bancada oficialista se aseguran de bloquear cualquier avance.
- Es escandaloso lo que nos está contando.
Es que no ha habido ningún progreso real. Por incompetencia, por ideología… Al final, Tsipras y su equipo no paran de perder el tiempo. Son expertos en perder el tiempo. Y su mentalidad ya nos salió muy cara en 2015, cuando esta forma de actuar nos llevó al tercer "rescate". Me temo que es cada vez más probable que nos estemos acercando a un estallido similar.
- Hablemos de eso. Parece mentira, pero vuelve a haber informaciones muy preocupantes desde Grecia que apuntan a una nueva crisis entre Atenas y los acreedores.
El FMI cree que la deuda griega es impagable. La UE cree que sí es razonable esperar que Grecia cumpla con sus obligaciones. Y el Gobierno no parece muy interesado en darle la razón a unos u otros, lo único que quiere hacer es ganar tiempo y evitar la aplicación de reformas, medidas de ajuste…
En mi opinión, el FMI está en lo cierto: Grecia necesita reestructurar su deuda para poder recuperar la senda del crecimiento. Las proyecciones del Fondo son pesimistas, pero coincido con su interpretación de lo que está ocurriendo. Pero, evidentemente, hay que aplicar reformas a cambio de esa reestructuración. Si hay un alivio en las condiciones de la deuda, tiene que ser a cambio de que se introduzca un paquete de reformas que sea realista y flexible, pero profundo. Y eso es algo que el FMI no termina de entender.
Pero el que paga manda y en este caso el grueso del "rescate" ha recaído sobre los socios europeos. Para el FMI es fácil decir que hay que aplicar una reestructuración de la deuda, porque su participación en los "rescates" ha sido muy puntual. Si el Fondo lo tiene tan claro, ¿por qué no aplica un alivio sobre la deuda griega que sí está en sus manos?
- Somos cada vez más los que tememos que en julio estalle una nueva crisis. Hay 7.000 millones de euros "pillados" en obligaciones que expiran este verano. Si Grecia deja de recibir los fondos del "rescate", no podrá asumir el compromiso. Y entre los acreedores vuelve a haber una actitud reacia.
Ahora mismo, el Gobierno griego y los acreedores están terminando de evaluar la situación del segundo "rescate" y empezando a prepararse para la entrada en vigor de las transferencias ligadas al tercer "rescate", que es el que firmó Tsipras. Algunos piensan que no habrá complicaciones, porque se acercan las elecciones en Países Bajos, Francia y Alemania, motivo por el cual los acreedores preferirían evitar una nueva crisis con Atenas. Yo no soy tan optimista.
Para empezar, aunque ya ha transcurrido un año y medio, el FMI no ha decidido aún si va a participar en el tercer "rescate". Incluso si se involucran, ¿lo harán prestando asesoría técnica o también inyectarán más financiación al programa?
Además, Alemania y Países Bajos han anunciado que, si el tercer "rescate" empieza a funcionar, debe ser con el FMI dentro del acuerdo. Si el Fondo no participa a nivel financiero, hay que cambiar la estructura de financiación para que dependa exclusivamente del vehículo que creó Bruselas para esta cuestiones, llamado Mecanismo Europeo de Estabilidad. Pero las presiones políticas, sociales, técnicas… con las que se enfrentaría Bruselas en ese supuesto serían significativas. Y el calendario electoral, en vez de jugar a favor del acuerdo, puede jugar en contra.
- También tenemos motivos para preocuparnos por la falta de entendimiento entre las fuerzas que apoyan al gobierno griego...
No todos los miembros de su partido están de acuerdo con la línea que ha seguido Tsipras. Hay ministros que ya han manifestado sus reservas. El titular de Finanzas, Euclides Tsakalotos, es más pragmático y quiere un acuerdo. Pero los cuadros políticos de Syriza están mucho menos convencidos y esa división puede generar un nuevo terremoto en el partido, que ya sufrió una escisión en 2015.
Hay, incluso, diputados de Syriza que están hablando abiertamente de volver al dracma, mientras que otros vuelven a poner encima de la mesa la posibilidad de celebrar un nuevo referéndum o unas nuevas elecciones. Hace unos días celebraron un cónclave político y muchos altos cargos expresaron su disconformidad con las medidas y reformas que se derivan del tercer "rescate".
- ¿Sobrevivirá Tsipras otro verano más de crisis con los acreedores?
En julio veremos qué pasa. Esos 7.000 millones son un compromiso importante y no está clara la estrategia del Gobierno. Por un lado, hay quienes dicen que Tsipras podría forzar elecciones para dar paso a Nueva Democracia y liderar la oposición, dejando el "caramelo envenenado" de aplicar las reformas que él no ha aplicado a un nuevo gobierno de centro-derecha.
También hay quienes sostienen que, conforme se acercan las elecciones alemanas, los acreedores tomarán una posición más amigable, ya que Merkel podría salir muy afectada en el caso de que estalle una nueva crisis. Por otro lado, siempre cabe la posibilidad de que Tsipras aplique ajustes para recibir la financiación y seguir ganando tiempo.
- Las encuestas sí apuntan que una nueva cita con las urnas favorecería a Nueva Democracia, el gran partido del centro-derecha griego. ¿Qué cambios podría suponer esto?
Un nuevo Gobierno liderado por Nueva Democracia puede ser un cambio a mejor para Grecia. Bajo ese nuevo panorama, pequeños partidos como POTAMI o el antaño todopoderoso PASOK podrían servir de apoyo parlamentario, asegurando una coalición con más credibilidad política.
- Al frente estaría Kyriakos Mitsotakis, el nuevo líder de Nueva Democracia. ¿Qué espera de él?
Es un centrista liberal, comprometido con las reformas, quizá falto del carisma de Alexis Tsipras, pero sin duda mucho más serio, más maduro, más respetuoso y más competente que el actual primer ministro. Su retórica no es populista ni alienta la división y la polarización social. Mitsokatis tiene un discurso pragmático, basado en datos y cifras, articulado con un tono inclusivo…
SI Nueva Democracia sabe combinar su visión pro-empresa y pro-inversión con las exigencias de la Troika, el crecimiento griego puede acelerarse. Pero, no podemos olvidarlo, también corremos el riesgo de que Mitsokatis sea incapaz de imponerse a las viejas estructuras de su partido. Y en esas viejas estructuras, el clientelismo y el estatismo siguen siendo la norma.