Buy American. Hire American (Compre estadounidense. Contrate estadounidense). Ése es uno de los eslóganes de la campaña que ha emprendido Donald Trump contra las empresas estadounidenses que tengan la osadía de fabricar sus productos en terceros países. El recién nombrado presidente de los Estados Unidos ha amenazado a compañías como General Motors o Apple con "grandes aranceles" si siguen manteniendo la deslocalización de sus fábricas en países como China o México.
"Nunca volveré a comer una Oreo", juró también Donald Trump cuando se enteró de que Mondelez International, dueño de la popular marca de galletas, trasladaría la producción de la planta de Chicago a México. "Vamos a hacer que Apple fabrique sus malditos ordenadores en este país", ha amenazado Trump. La decisión de Trump de salir del tratado de libre comercio en el Pacífico (TPP) es una prueba de que sus amenazas proteccionistas van en serio. Otra es que ha avanzado con un impuesto del 20% sobre todas las importaciones procedentes de México.
Pero Trump no parece predicar con el ejemplo de este alarde patriótico. El empresario posee varias empresas cuya producción resulta que también ha deslocalicado, beneficiándose así de las ventajas del libre comercio con el que quiere acabar. Tal y como recoge The Washington Post, muchos de los productos de su firma de moda Donald J. Trump están hechos fuera de EEUU.
Muchos de sus productos son fabricados en, al menos, una docena de países: China, Holanda, México, India, Turquía, Eslovenia, Honduras, Alemania, Bangladesh, Indonesia, Vietnam y Corea del Sur. Por ejemplo, la mayoría de sus corbatas se realizan en China, uno de sus archienemigos, y también algunos de sus trajes. Las camisas Donald J. Trump también están hechas en China y Bangladesh.
Y Donald no es el único de la familia que prefiere dar trabajo a los habitantes de países subdesarrollados que a los de Estados Unidos (como él mismo denuncia). El profesor de Harvard y experto en comercio, Robert Lawrence, ha analizado más de 800 productos de la línea de moda de Ivanka Trump, que engloba zapatos, vestidos y bolsos, y "todo es importado". ¿También aplicará en ellos el arancel del 20% que encarecerá una prenda de 100 dólares hasta los 120? Haz lo que digo y no lo que hago.
Haced lo que yo diga pero no lo que yo haga pic.twitter.com/p1v3gYtCEu
— Juan Ramón Rallo (@juanrallo) January 26, 2017