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Botín: "Los bancos españoles no han recibido ayudas públicas"... y han puesto "20.000 millones para las cajas"

La presidenta de Banco Santander pide “seguridad jurídica y transparencia” al Gobierno para la nueva legislación hipotecaria.

La presidenta de Banco Santander pide “seguridad jurídica y transparencia” al Gobierno para la nueva legislación hipotecaria.
La presidenta del Santander, Ana Botín, durante la rueda de prensa ofrecida este miércoles para presentar los resultados de la entidad en 2016. | EFE

"Los bancos españoles no recibimos ningún tipo de ayuda pública y contribuimos con 20.000 millones al saneamiento de las cajas". Con esta frase, Ana Botín ha reivindicado este miércoles el papel del sector financiero, zarandeado en los medios y en el punto de mira de políticos y la opinión pública, en la última crisis.

La presidenta de Banco Santander no es muy dada a las declaraciones polémicas. Los periodistas que acuden a sus ruedas de prensa saben que normalmente regala muchos menos titulares que su padre. Rehuye los charcos y los temas controvertidos que no tengan una relación directa con su entidad y con el negocio bancario. Por ejemplo, este miércoles, en la presentación de los resultados de 2016, ha evitado una y otra vez las cuestiones acerca de las cláusulas suelo (que Santander no incluyó en sus hipotecas), a pesar de las reiteradas preguntas de los periodistas.

Tras todo el ruido generado en las últimas semanas en relación a las prácticas del sector bancario durante la última década, las presentaciones de resultados que tendrán lugar esta semana y la próxima se intuían movidas. A Botín, le han preguntado en varias ocasiones por la reputación de las grandes entidades, incluso le han pedido que hiciera examen de conciencia respecto a las cosas que se podían haber hecho mal. Y ahí sí ha querido dar su punto de vista: "Los bancos españoles no recibimos ayudas públicas. Es más, contribuimos con 20.000 millones para sanear las cajas de ahorros". La presidenta de Banco Santander ha asegurado que su objetivo es avanzar hacia un banco más "sencillo, personal y justo" (el lema de su entidad para estos próximos años), ha hablado mucho de "transparencia" y ha defendido que será "el trabajo del día a día" de los casi 200.000 empleados con los clientes lo que determinará la imagen que estos tienen de su marca.

Además, aunque no ha entrado a valorar directamente la polémica de las cláusulas suelo, sí ha opinado sobre la nueva regulación hipotecaria que prepara el Gobierno, así como la situación general de este mercado en España. Y también aquí ha querido defender lo realizado hasta el momento por las grandes entidades: "El mercado hipotecario ha funcionado bien. El 83% de los españoles tiene su casa en propiedad. [En estos años] el conjunto del sector ha realizado 100.000 operaciones de reestructuración de deudas. El coste del préstamos hipotecario en España está un punto por debajo de la media europea". Por todo ello, ha pedido que la nueva regulación tenga en cuenta esta realidad, respete la "seguridad jurídica" y garantice la "transparencia" que debe presidir este tipo de contratos.

A vueltas con las comisiones

El segundo gran tema de la rueda de prensa ha sido el de las comisiones, especialmente en lo que tiene que ver con el producto estrella del Santander: la cuenta 1-2-3. Según informó el banco a finales del pasado año, las condiciones para poder disfrutar de esta cuenta cambiarán a partir del próximo 12 de febrero. Hasta ahora, los clientes de la 1-2-3 recibían una remuneración por determinados conceptos (por ejemplo, hasta el 3% para saldos entre 3.000 y 15.000 euros y bonificación de recibos entre el 1 y el 3%). A cambio, debían cumplir una serie de requisitos, como domiciliar la nómina y al menos tres recibos. También debían pagar una comisión de mantenimiento de 3 euros al mes que incluía la tarjeta de débito, con la que se obligaban a realizar 6 operaciones por trimestre. A partir de ahora, para disfrutar de esta cuenta, habrá que contratar también una tarjeta de crédito y realizar al menos una operación trimestral con la misma, excluida la extracción de dinero del cajero. Esa nueva tarjeta de contratación obligatoria hará que el coste de la cuenta suba hasta los 6 euros al mes.

Los periodistas le han preguntado en varias ocasiones por el impacto que tendrá esta nueva estrategia y por la posible fuga de clientes de la cuenta 1-2-3. Botín ha explicado las razones que les han llevado a tomar esta medida y ha asegurado que no es una subida de comisiones, sino un cambio en las condiciones: "No hemos subido las comisiones. Hemos pedido a los clientes que se benefician de la cuenta que trabajen con el banco. Pagamos el 1-2-3% y a cambio pedimos que Santander sea su primer banco y usen la tarjeta. Esto es sencillo, personal y justo".

En este punto, la presidenta de Santander ha sido muy enfática en la defensa de su política comercial: "Nuestro modelo es muy transparente. Hacemos un servicio y lo cobramos. Si no se usa la tarjeta, es que ésa no es la cuenta principal. Otros bancos lo cobran en el margen". Su planteamiento es que la cuenta 1-2-3 ofrece las mejores condiciones del mercado y que aquellos que quieran vincularse a la misma tendrán a cambio que pagar esa comisión de mantenimiento. "No obligamos a nada. Se puede cerrar la cuenta sin coste y coger otra", ha asegurado.

En un momento en el que el conjunto del sector marcha en la dirección contraria (no remunerar las cuentas corrientes a cambio de no cobrar comisiones), Botín ha reivindicado la estrategia de Santander y ha asegurado que las cifras de contratación de la cuenta 1-2-3 en España van mejor de lo esperado.

En el último año, el número de clientes vinculados a la entidad en todos los mercados en los que opera ha pasado de 13,8 millones a 15,2 millones y esperan llegar a los 17 millones a finales de 2017. Para la cuenta 1-2-3 en España, el objetivo es llegar a los 4 millones de clientes a finales de 2018. La idea detrás de esta estrategia es que los clientes vinculados son mucho más rentables para la entidad que los que sólo contratan éste o aquél producto. Y a esos clientes se les ofrecerán ventajas que no tienen en otros bancos, pero también tendrán un coste asociado en forma de comisión.

¿De compras en 2017?

En cuanto a la marcha general del banco y a los resultados presentados este miércoles, Botín también ha sido optimista. "Un buen año en un entorno difícil", ha comentado sobre lo ocurrido en el último ejercicio. Las cifras ofrecidas hablan de un incremento del beneficio del 4% (15% en euros constantes, sin tener en cuenta los efectos de los movimientos en los tipos de cambio). De esta manera, ha mencionado el Brexit, los bajos tipos de interés o los tipos de cambio como factores inesperados que han impactado de forma negativa en los beneficios de la entidad, pero al mismo tiempo ha destacado que han cumplido "todos los objetivos estratégicos" marcados para 2016.

En este sentido, también ha habido varias preguntas sobre posibles compras, en un momento en el que el sector financiero español afronta una más que previsible consolidación, con tres entidades en el punto de mira de todos los agentes: Sabadell, Popular y BMN. Botín no se ha querido mojar. Ha asegurado que su prioridad es "el crecimiento orgánico", aunque ha admitido que están abiertos a analizar las oportunidades que surjan en todos los mercados en los que están presentes. Así, ha afirmado que les gustan las "adquisiciones pequeñas, que crean valor" para el accionista. Eso sí, cuando le han preguntado si consideraba a alguna de las tres entidades citadas anteriormente como "pequeñas" no ha querido mojarse: "Lo dejo a tu juicio", le ha dicho al periodista que le preguntaba al respecto.

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