El Gobierno avanzó la semana pasada que España creció un 3,3% en 2016, lo cual confirma la buena salud de la economía. La cuestión ahora es si la fase actual de recuperación permitirá alcanzar el nivel de renta previo al estallido de la crisis.
Una primera aproximación, basada en el PIB nominal a partir de datos del INE, muestra que si España creció un 3,3% el pasado año, y aplicando un deflactor del PIB en línea con el acumulado hasta septiembre, la economía española se quedaría a tan sólo 2.000 millones de euros de recuperar su nivel máximo de 2008. Si se tiene en cuenta que en porcentaje esto apenas supone un 0,2%, una cifra inferior al margen de error existente en posibles revisiones futuras del PIB, podría afirmarse que España ya registró en 2016 el PIB previo al estallido de la crisis.
Estas son las conclusiones de comparar el PIB en términos nominales. Sin embargo sería más correcto realizar ese análisis con valores deflactados del PIB para de esta forma, con euros en términos constantes de cada año, poder comparar lo que la economía producía en bienes y servicios entre 2008 y 2016, sin considerar la variación de los precios.
En este caso, no se podría afirmar que España haya superado la crisis en 2016. Habría que esperar al presente año para poder realizar tal afirmación, puesto que bastaría un crecimiento del 1,6% para recuperar el nivel de PIB registrado en 2008.
Como se puede observar en el anterior gráfico, la actual crisis supera ampliamente la de pasados episodios de recesión, como los de 1981 o 1993 que apenas duraron un año.
Otro aspecto a considerar es cómo es hoy la economía nacional comparada con la de 2008. Según datos de Eurostat, en el tercer trimestre de 2016 la inversión -en especial la construcción tanto en vivienda como en obra pública, y en menor medida de bienes de equipo- se sitúa muy por debajo de la de entonces; el consumo de los hogares es también inferior; mientras que, por el contrario, el peso de las exportaciones -que a su vez impulsa las importaciones- es superior; por último, el gasto público se sitúa en un nivel similar al de antes de la crisis.
Así pues, se trata de una economía que habría sustituido la burbuja inmobiliaria por una mayor exposición al exterior, en especial en exportación de bienes, algo menos por el turismo y el resto de servicios. Esta evolución en la composición el PIB es una buena señal sobre la mejora de la competitividad.
Además, un análisis trimestral también permite estimar en qué momento de 2017 se recuperará el PIB del segundo trimestre de 2008, lo cual podría ocurrir entre los meses de abril y junio de este año.
Por último, medir que una economía haya superado o no la crisis es un análisis subjetivo, pues depende de la variable que se tome de referencia. Así, por ejemplo, si se midiera en empleo y no en PIB, la recuperación se pospondría hasta 2020 y el número de años transcurridos de crisis ascendería entonces a doce.
En definitiva, 2017 será con alta probabilidad el año en que el PIB supere su nivel de 2008. En cualquier caso, habrían transcurrido nueve años para que la economía hubiera recuperado su nivel de renta anterior al estallido de la burbuja, casi una década para superar la gran recesión.