La cadena de cafeterías Nebraska, después de más de 60 años de actividad,cerró el pasado martes sus cinco establecimientos de la capital tras llevar meses registrando pérdidas. Así lo han afirmado a EFE fuentes de Corpfin Capital Real Estate, nueva propietaria de la sociedad de restauración.
Estas fuentes han señalado que tras meses analizando la situación financiera de la sociedad Nebraska Blanco Hermanos llegó a la conclusión de que su continuidad era inviable.
El cierre de los establecimientos ha afectado a 92 trabajadores a quienes se les informó del cese de la actividad el mismo día en que cerraron las puertas.
Los locales, situados en las calles Alcalá, Goya, Gran Vía y Bravo Murillo, fueron adquiridos por la gestora de inversión y gestión inmobiliaria el pasado 21 de diciembre.
Por otro lado, los trabajadores fueron informados de la compra de los locales seis días después de la venta. Desde Corpfin explican que aún no saben a qué se van a destinar los locales adquiridos.
El grupo inmobiliario se dedica a la compra y remodelación de locales en zonas céntricas para alquilarlos posteriormente.