En 1959, el economista Henry J. Frank publicó un trabajo orientado a estudiar nuevas maneras de medir el peso de los impuestos sobre el bolsillo de los contribuyentes. Una de las métricas que propuso el académico estadounidense es conocida hoy como el Índice de Frank.
¿Cómo se calcula dicho indicador? El cálculo consiste en dividir la presión fiscal (es decir, el peso de los impuestos recaudados sobre el PIB) entre el PIB per cápita, tras lo que se multiplica por 1.000 el resultado. De esta forma obtenemos un valor que nos da el nivel de esfuerzo fiscal que asumen los contribuyentes, permitiéndonos comparar los niveles de tributación de los distintos países y brindándonos un resultado más ajustado a la renta del ciudadano medio.
Tomando datos de la base estadística de la OCDE, y ajustando en dólares constantes el PIB per cápita para asegurar que los números son lo más comparables posibles, llegamos a la conclusión de que el país miembro con un mayor nivel de esfuerzo fiscal es Hungría, seguida de Turquía y Grecia.
En 2010, el Índice de Frank del país que gobierna Viktor Orbán era de 17,4 puntos, frente a los 16,4 de 2015. En Turquía, la Administración Erdogan ha reducido el esfuerzo fiscal de manera suave, pasando de 16,4 a 16,1 puntos en el último lustro. Completa la tabla Grecia, donde el espectacular aumento de los impuestos la ha llevado de un puesto intermedio al podio de cabeza (11,1 puntos en 2010, 15,2 puntos en 2015).
El top cinco del Índice de Frank lo cierran Letonia y Estonia, pero también aquí conviene analizar los datos con cautela, ya que ambos países están recortando sus niveles de esfuerzo fiscal a pasos agigantados y han pasado de 16,1 y 15,8 puntos en 2010 a una nota idéntica de 13,2 puntos en 2015.
Dentro del top 10 también se cuelan Italia (sube de 12,2 a 13,2 puntos), Portugal (se dispara de 11,3 a 13,1 puntos) y Francia (crece de 11,7 a 12,4 puntos). También Eslovenia (puesto 8) y Polonia (puesto 9) están entre los diez países con mayor esfuerzo fiscal, aunque sus notas arrojan una tendencia a la baja (de 13,4 a 13,1 puntos y de 15,1 a 13 puntos).
España, un esfuerzo fiscal superior a la media
¿Y qué hay de España? El ranking de la OCDE coloca a nuestro país en el puesto 17 de la lista, cerca de los niveles registrados en países como Bélgica (11,2 puntos), Dinamarca (10,7 puntos), Austria (10,2 puntos) o Israel (10,1 puntos). Para ser precisos, España obtiene 10,1 puntos en el Índice de Frank, frente a los 9,7 del ejercicio 2010. Esta nota supera la nota conjunta de la OCDE, que está en 9,2 puntos, por lo que el esfuerzo fiscal en nuestro país supera el promedio de los países desarrollados.
De hecho, el resultado de España (10,1 puntos) supera el cosechado por Suecia (9,8 puntos), Islandia (8,7 puntos), Alemania (8,6 puntos), Reino Unido (8,4 puntos), Países Bajos (8,3 puntos), Japón (7,8 puntos), Canadá (7,6 puntos), Corea del Sur (7,3 puntos) o Noruega (6,3 puntos). A la cola, con los niveles más bajos de esfuerzo fiscal, aparecen Australia (5,8 puntos), Suiza (5,3 puntos), Estados Unidos (5,1 puntos), Luxemburgo (4,2 puntos) e Irlanda (4 puntos).
Antes de la crisis, el esfuerzo fiscal en España se movía entre los 9 y los 9,5 puntos en el Índice de Frank. Sin embargo, entre 2013 y 2014 tocamos techo, acercándonos a los 11 puntos. Ahora, los 10,1 puntos nos dejan en el puesto 17 del ranking, mientras que una nota como la de 2008 nos habría dejado en el número 24.
Grecia, el infierno fiscal por excelencia
Grecia es el país en el que más ha subido el esfuerzo fiscal entre los años 2010 y 2015: un aumento del 36,9%. A distancia, le siguen Portugal, México, Finlandia, Italia, Reino Unido, Francia, Austria, Japón, Australia, España y Estados Unidos, donde los aumentos han oscilado entre el 4% y el 16%. Por el contrario, se vienen observando importantes rebajas del esfuerzo fiscal en Noruega (-11,3%), Estonia (-16,5%), Letonia (-18%) e Irlanda (-35,5%).
El ejemplo sueco e irlandés
Mirando el largo plazo, dos países que destacan por su apuesta por reducir el esfuerzo fiscal de manera continuada son Suecia e Irlanda. En la monarquía escandinava, el Índice de Frank marcaba 16 puntos en 1970, pero hoy ha caído hasta los 9,8 puntos. En el caso del Tigre Celta, los niveles alcanzados en 1970 llegaban a 25 puntos, pero hoy son de apenas 4 puntos.