Specialisterne, "los especialistas" en danés, es el nombre de una empresa social muy especial. Su objetivo es ayudar a conseguir un empleo a personas con Trastornos del Espectro del Autismo (TEA), una gran parte de los cuales tienen un diagnóstico dentro del autismo. Hasta hace unos años, ésta era característica que se consideraba como una desventaja ante otros trabajadores. De hecho, en muchos hogares ni se planteaban que sus familiares con TEA pudieran integrarse en el mercado laboral. Pero no Thorkil Sonnee, fundador de esta compañía, que ha convertido en una ventaja lo que otros consideraban un problema. Todo ello con una idea muy clara: todos tenemos algo que ofrecer al mercado, todos podemos trabajar si sabemos encontrar nuestras capacidades y sacarle el máximo rendimiento. Y esto no es wishful thinking: Specialisterne lo demuestra en la práctica cada día, con sus clientes y con sus proyectos propios.
Esta marca, que pertenece a la Specialisterne Foundation y con oficinas en varios países, entre ellos España, ofrece formación y empleos relacionados con pruebas de software, tratamiento de datos y documentos y controles de calidad, entre otros. Como vemos, sus empleados participan en uno de los sectores más competitivos de la industria tecnológica. Y lo hacen con nota. Es lo que tiene cambiar el chip y empezar a considerar lo que antes se veía como un problema, como una oportunidad.
En 2013, Specialisterne fue una de las empresas seleccionadas para formar parte de Momentum Project Social Investment de BBVA, un impulsó que contribuyó a dar forma a su empresa. Francesc Sistach, miembro del equipo directivo de Specialisterne, ha hablado con Libre Mercado sobre los retos a los que se enfrentan cada día y sus futuros proyectos.
- ¿Cómo nace este proyecto y cómo ha evolucionado?
- La empresa nació en Dinamarca. Fue fundada por Thorkil Sonne, que tenía una relación directa con un TEA. Su hijo de 7 años de edad padecía autismo leve y vio en él unas capacidades extraordinarias. Gracias a esto, empezó su aventura. Sonne creía que estas personas podrían hacer un gran trabajo en el sector informático pero lamentablemente, por aquel entonces, la palabra autismo no se conocía. Rehipotecó su casa y creó Specialisterne, convirtiéndose en un pionero en este tipo de empresa social.
Durante los primeros años, intentaron que el modelo funcionase en su país natal. Pasado un tiempo, se planteó un nuevo reto: replicarlo a todo el mundo. Creó la Fundación Specialisterne con el objetivo de obtener recursos y financiación. Una asociación de padres, un inversor social o un filántropo son algunos de los inversores que han creído en este proyecto. La empresa, antes de ser rentable, debe ser sostenible y necesita financiación en todos los países en los que está presente.
En España, en el año 2011, se hace un estudio de viabilidad, había varias personas interesadas en que se implantase el modelo. Ramón Bernat y yo iniciamos la réplica en Barcelona (2013) y en Madrid (2014).
- ¿A qué se dedica Specialisterne y a quién está dirigido?
- Somos una empresa social que se dedica a la formación e inserción laboral de personas con autismo en el sector informático y de las nuevas tecnologías. Buscamos personas con autismo leve o síndrome de Asperger -las formas más suaves del autismo- y los formamos durante 5 meses, desde un punto de vista técnico y laboral. Después, entran al mundo laboral, a través de nuestra empresa o de otras externas. Además, tienen el soporte de un coach que les ayuda en su puesto de trabajo, a resolver dudas o con interacción social en la empresa. Este coach es el engranaje que ayuda a que todo sea un éxito.
- ¿Cuántas personas con TEA han conseguido trabajo?
- Funcionamos como empresa de servicios informáticos y nuestros trabajadores son consultores que pasan de un proyecto a otro. En España hemos creado puestos de trabajo para 60 personas y 45 son empleados nuestros. Everis, Sony o Aguas de Barcelona son algunas de las empresas que tienen empleados con TEA.
Recientemente, algunos de nuestros trabajadores han realizado pruebas de calidad con Sony, concretamente en el desarrollo de videojuegos. Hace unos meses, firmamos un acuerdo y varios consultores de Madrid están trabajando y probando los últimos juegos desarrollados en España para Play Station.
- ¿Cuál es vuestro mayor desafío? ¿ Cuáles son vuestras formas de financiación?
- El mayor desafío es formar y dar soporte a estas personas. Esto requiere una inversión muy grande y unos costes que no se cubren con las subvenciones: es necesaria la financiación privada. Competimos en un mercado en el que las tarifas son las que son y aunque nuestros costes internos son mucho más altos, queremos estar en igualdad de condiciones. Es un gran desafío. Por eso, primero había que demostrar que esto funcionaba. A partir de aquí, empezamos a acceder a subvenciones de la Comunidad de Madrid o de Generalidad de Cataluña, que son cofinanciadas con el Fondo Social Europeo.
- ¿Qué planes tenéis para el futuro?
- De cara al futuro, queremos avanzar con la Escuela de Jóvenes. Hay muchos jóvenes que están en una escuela ordinaria y que consiguen avanzar hasta los 15 años, que es cuando empiezan los desafíos más importantes, como los de tipo social. Aún son demasiado jóvenes para entrar al mercado laboral y queremos crear un apoyo específico de 2-3 años para preparar y formar a estas personas y para que puedan conseguir una vida laboral exitosa.