El Instituto Nacional de Estadística publica de manera regular una estadística que detalla los datos de ‘supervivencia’ de las empresas. Este indicador mide hasta qué punto una empresa es capaz de seguir operando o si, por el contrario, acaba colgando el cartel de cerrado.
Si echamos la vista atrás, vemos que por cada 100 empresas creadas en 2006, apenas 83 seguían operando un año después, en 2007. Por tanto, 17 de cada 100 sociedades constituidas entonces acabó muriendo en apenas un año. Si avanzamos hasta 2008, vemos que solo 67 de cada 100 empresas creadas en 2006 seguían existiendo, mientras que el 33% había cerrado.
Sin dejar la base de datos para las empresas constituidas a lo largo de 2006, podemos comprobar que solo el 56% estaba en pie en 2009, porcentaje que cayó al 48% en 2010 y al 42% en 2011. Por tanto, si consideramos todo el período estudiado, vemos que 58 de cada 100 empresas creadas en 2006 habían desaparecido en 2011 y que solo el 42% seguía operando.
Estos porcentajes no son muy distintos de los que se apuntan las empresas creadas en 2009. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, en 2010 ya había desaparecido el 20% de dichas sociedades, mientras que en 2014 quedaban en pie 41 de cada 100 empresas creadas un lustro atrás.
La mortalidad empresarial puede ser mayor o menor dependiendo del sector. Por ejemplo, para las empresas creadas en 2009 el sector de la construcción, la tasa de supervivencia en 2014 apenas ronda el 30%. Sin embargo, tomando los mismos años como referencia, vemos que las sociedades industriales se mueven en niveles mucho más altos, del 50%. El comercio y el resto del sector servicios se quedan en el 40%, en línea con la media nacional.
Cada vez menos empresas grandes
La dificultad para lanzar una empresa y mantenerla a flote también queda reflejada en la distribución por el número de trabajadores. Las sociedades sin empleados son hoy el 56,55% del total, frente al 52,20% de 2006. Sin embargo, el papel de las compañías de entre 5 y 9 empleados es marginal (5,13% en 2014, frente a 6,64% en 2006), mientras que las sociedades con 10 o más ocupados son solo el 3,70% del total (5,65% en 2006).
Ser empresario es un reto, no un chollo
Los datos anteriores ponen de manifiesto que ser empresario no es ningún chollo. Tanto las cifras de mortalidad empresarial como los datos de tamaño societario muestran que es muy difícil lanzar empresas que sobrevivan al paso del tiempo y que superen un mínimo umbral de tamaño.