El Gobierno aprobó este viernes un amplio paquete de medidas fiscales destinadas a aumentar en 7.500 millones de euros la recaudación. Pese a que durante la campaña electoral insistieron en prometer que bajarían los impuestos y plasmarlo así en su programa electoral, Cirstóbal Montoro anunciaba una subida del tipo efectivo del impuesto de sociedades, la subida de impuestos indirectos al tabaco y las bebidas alcohólicas y un nuevo impuesto a los refrescos azucarados y carbonatados.
Pero la lectura detenida de la referencia que publica La Moncloa sobre los asuntos aprobados en el Consejo de Ministros escondía un sablazo más que afectará de manera directa y cuantiosa al bolsillo de los ciudadanos, la aprobación de los coeficientes de actualización de los valores catastrales para el próximo año.
A partir del 1 de enero, los propietarios de bienes inmuebles (pisos, garajes, locales comerciales, etc.) verán que Hacienda eleva el valor catastral de su propiedad, subiendo automáticamente el IBI que tendrán que satisfacer con el Ayuntamiento.
Dice el Gobierno que "la medida resulta necesaria dado que contribuye a reforzar la financiación municipal, la consolidación fiscal y la estabilidad presupuestaria de las entidades locales." En total, la medida se aplicará en los 2.452 municipios que lo han solicitado y cumplen con los requisitos de aplicación de la ley y que "no podían aprobar a tiempo nuevas ordenanzas fiscales para adaptar los tipos de gravamen en el Impuesto sobre Bienes Inmuebles".
En definitiva, el próximo 1 de enero los propietarios de bienes inmuebles de esos 2.452 municipios verán incrementado el pago del IBI. ¿En qué cuantía? Aún se desconoce, depende de los coeficientes de actualización que se fijen en el Proyecto de Presupuestos Generales del Estado.