Mientras que suele ser habitual leer en los medios alguna comparativa sobre el nivel de renta de las familias por países, es menos común encontrar análisis en términos de riqueza, es decir, no por lo que produce o consume una familia sino por lo que tiene.
A continuación, y a partir de datos de la OCDE de 2010 -para algunos países son de 2011 ó 2012-, realizaré un breve análisis sobre la riqueza de los hogares españoles medida como la suma de los activos netos de la deuda. En todos los casos, y para poder comparar distintas economías, se trata de riqueza medida en la moneda de cada país y ajustada por su capacidad de compra, lo que a su vez depende del nivel de precios relativos de cada economía.
Los hogares españoles se sitúan en la parte alta de la tabla gracias a los activos no financieros, que incluyen, aparte de la vivienda, el coche, joyas u otros bienes duraderos. En cuanto a los activos financieros -acciones, depósitos, fondos de pensiones etc…- el peso en España es relativamente menor. Pese a ello, al tratarse de datos de 2010, es probable que los hogares españoles hayan perdido algunas posiciones, pero aún así resulta destacable que su riqueza neta parta de un nivel mucho más alto del que, a priori, piensan muchos. Además, otro aspecto que favorece la comparativa de los hogares españoles con respecto a otros países es su menor endeudamiento relativo.
En términos netos, a cada hogar español de media le correspondía una riqueza de casi 390.000 euros ajustados a paridad de compra equivalente, que se corresponden con cerca de 290.000 euros de 2010, desglosados a su vez en activos no financieros por unos 260.000 euros, activos financieros por aproximadamente 60.000 euros y una deuda en promedio de unos 30.000 euros.
Para hacerse una idea, un hogar estadounidense poseía algo más 450.000 dólares en términos equivalentes, mientras que en Italia, con 345.000 euros, Reino Unido (335.000 libras) o Francia (270.000 euros) se situaban por debajo del nivel español.
Siendo clave la riqueza inmobiliaria, es importante prestar atención a la vivienda. Los factores que determinan la posición del hogar español son, por un lado, que predomina la posesión de la vivienda en propiedad y, por otro, que hay una baja proporción de hipotecas que lo financian.
En España, el peso de las hipotecas es menor que en los países nórdicos o del Benelux y mayor que en los países del este de Europa como se puede observar en el siguiente gráfico con datos de Eurostat. Viendo este gráfico, puede afirmarse que en la composición del tipo de estatus de la vivienda -propiedad versus alquiler, y, en el primer caso, deuda asociada a su compra o no- existen afinidades por geografía entre los diferentes países asimilables a la realidad socioeconómica de cada uno como, por ejemplo, un menor desarrollo del sistema financiero en los países de este de Europa y un mayor nivel de vida en las zonas escandinavas o del Benelux.
Por otro lado, si se mide la riqueza neta sobre el PIB en vez de por hogar, se observa que Estados Unidos ya ha recuperado los niveles previos a la crisis, a diferencia del caso español. Una explicación es la diferente composición de su riqueza, con un mayor peso de activos financieros en el caso norteamericano y de la vivienda en el caso español, sufriendo así en mayor medida el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008.
Por último, en cuanto a la distribución de la riqueza por hogar, en España es mayor que en la mayoría de países sobre los que se dispone de dicha información. Si se compara la acumulación de patrimonio por los hogares con más riqueza, se observa que únicamente en Eslovaquia y en Grecia la distribución es mayor. En España, en 2010, el 1% más rico acumulaba el 15% de la riqueza -en comparación por ejemplo con un 18% en Francia-, el 5% más rico poseía el 31% -contra un 46% en Alemania- y el 10% más rico el 43%, un porcentaje sensiblemente inferior al 76% de Estados Unidos.
Otro indicador de la distribución es la diferencia relativa de la riqueza en el 20% más pobre y la mediana. En este caso, únicamente en Eslovaquia dicha distribución es mayor, país cuyo nivel de riqueza sólo es superior al de Chile.
En definitiva, el nivel de riqueza de los hogares españoles no sólo es superior al de países de su entorno, sino que su distribución es más equitativa, es decir, igualitaria, tanto si se observa la acumulación de riqueza por los hogares más ricos como por la parte que le corresponde a los más pobres.