"Apagarlo y dejar de utilizarlo". Esa ha sido la última decisión de Samsung ante la grave crisis que están sufriendo sus Galaxy Note 7. La compañía también ha pedido a sus socios y minoristas de todo el mundo que dejen de vender el polémico modelo.
El que fuera su smartphone estrella ha tenido problemas con la batería desde que empezara a comercializarse. En los primeros países donde se puso a la venta fueron muchos los usuarios que compartieron vídeos y fotografías de sus terminales quemados.
El fiasco del Galaxy Note 7 hizo caer las acciones del gigante de la electrónica surcoreano en la bolsa de Seul más de un 8% el pasado martes, lo que supuso que el valor de Samsung se vio menguado en más de 15.000 millones de euros. Ayer miércoles, la crisis bursátil de Samsung seguía golpeando a la bolsa de Seúl, y los títulos de la compañía amanecían con pérdidas del 3%.
Efectos colaterales
Pero el descalabro en la cotización de Samsung no es el único efecto que estaría ocasionando la crisis del gigante de la electrónica. El desastre del Galaxy Note 7 daña a la compañía de varias maneras y también tendrá efectos colaterales en otros mercados.
La primera a través del coste que supone la propia operación de reemplazar los teléfonos ya vendidos y el de dejar de vender los 20 millones de teléfonos que tenía previsto. Los expertos cifran el coste en unos 15.000 millones de euros. En segundo lugar, está en la reputación de Samsung. Su credibilidad se ha puesto en duda y eso puede hacer mella en las ventas futuras de sus otros productos.
Además, según recoge Bloomberg, Vietnam sería uno de los países más perjudicados por el fallo del Galaxy Note 7 por ser uno de sus principales fabricantes. "La decisión de Samsung de enterrar al Galaxy Note 7 afectará a las exportaciones de Vietnam este año", asegura Nguyen Mai, el presidente de la Asociación de Empresas de Inversión Extranjera de Vietnam.
La actividad de la compañía surcoreana se ha convertido en una parte vital de la economía de Vietnam. Tanto es así que Samsung Electronics Co y sus filiales han construido en Vietnam una ciudad industrial con 45.000 trabajadores y cientos de proveedores. La inversión ha sido un golpe de suerte para las empresas de Bac Ninh, donde se han creado casi 2.000 nuevos hoteles y restaurantes entre 2011 y 2015. En total, Samsung Electronics emplea a unas 110.000 personas en todo el país.
La retirada del mercado de 2,5 millones de teléfonos Galaxy Note 7 ha hecho caer las exportaciones del país en un 6,8% en septiembre. "Es un golpe", asegura Alan Pham, el responsable de VinaCapital Group, uno de las mayores gestoras de fondos del país. "Este es el riesgo de poner toda tu apuesta en una sola empresa o industria, pero es lo normal en un país en desarrollo". Vietnam tenía previsto alcanzar un crecimiento del 6,7% a cierre de año, un objetivo que es más que probable que se vea truncado por la crisis de Samsung.