Theresa May cede ante las críticas. El Gobierno británico ha dado marcha atrás a su polémica medida de obligar a las empresas a elaborar un lista de sus trabajadores extranjeros.
La propuesta anunciada el pasado jueves provocó una oleada de críticas en el sector empresarial británico, que la consideraban discriminatoria. "Confirmo que no va a suceder. No vamos a pedir a las empresas a la lista para identificar a sus trabajadores extranjeros", aseguró el ministro de Defensa, Michael Fallon, a la radio BBC ayer domingo.
Eso sí, la ministra de Educación, Justine Greening, matizó que el Gobierno podría requerir aún esa información, "pero a título confidencial y para identificar los sectores" con la justificación de que a corto plazo podrían requerir mas mano de obra.
El Gobierno de Theresa May ha anunciado que aumentará los controles sobre la inmigración y pretende que sus empresas contraten a trabajadores británicos en detrimento del personal extranjero.