La afiliación a la Seguridad Social recupera su ritmo de crecimiento en septiembre tras la desaceleración experimentada en agosto. Como se puede observar en el siguiente gráfico, el empleo –excluido el sector agrario por su volatilidad y corregido la serie de la estacionalidad propia de cada mes– creció un 0,16% en agosto, por debajo del obtenido en julio. En septiembre, sin embargo, la creación de empleo recupera tracción tras crecer un 0,26%, tasa similar a la de julio y que equivale a un incremento del 3,2% anual.
Por sector de actividad, y como suele ser habitual, los servicios explican la práctica totalidad de este crecimiento (98%), con una aportación marginal de la industria, la construcción o la agricultura. Esto no sólo demuestra que la economía española es de servicios -su peso en el total empleo es ligeramente superior a las tres cuartas partes-, sino que lo es cada vez más.
A su vez, entre las principales ramas de actividad dentro del sector servicios, tanto la hostelería como las relacionadas con el sector público –empleo en oficinas de las Administraciones Públicas, educación o sanidad–, también han acelerado su crecimiento en septiembre. Por el contrario, en los últimos tres meses el empleo en el comercio crece cada vez menos.
El crecimiento del PIB se mantiene
Como consecuencia, el empleo ha crecido un 0,8% en el conjunto del tercer trimestre, una tasa superior al promedio histórico registrado desde 1982, que es del 0,4%. De hecho, si se omite la puntual desaceleración sufrida en la segunda mitad de 2015, únicamente en dos periodos de expansión que se iniciaron en 1986 y 1996 –coincidiendo con la entrada de España en la CEE y con los primeros pasos de la Unión Económica Monetaria, respectivamente–, el empleo ha crecido con una mayor intensidad que en la actual fase de recuperación.
Dicha evolución del empleo apunta a un crecimiento del PIB similar en el tercer trimestre al del segundo, que fue del 0,8%, para posteriormente desacelerarse en la última parte del año más cerca del 0,7%. Con esta tendencia, la economía española cerraría 2016 con un crecimiento en el 3,2%, tal como recientemente ha publicado el Banco de España, con posibilidades incluso de alcanzar el 3,3% en el mejor de los casos.
Pese a ello, estas previsiones no incorporan el potencial impacto sobre el crecimiento que tendrán los planes de ajuste que planea el Gobierno para finales de año a fin de cumplir con el nuevo objetivo de déficit. En cualquier caso, los datos disponibles indican que los riesgos derivados del resultado del referéndum sobre el Brexit no se han materializado sobre la economía española, al menos por el momento.