El pasado jueves la publicación por parte del Banco de España de los datos de deuda pública (PDE) suscitó un amplio debate sobre la actuación de las diferentes administraciones tanto a nivel nacional como autonómico y local. Ahora Madrid aprovechó la ocasión para destacar que la deuda municipal ha bajado en más de 1.000 millones en su primer año de gobierno, desde junio de 2015 hasta el mismo mes de 2016.
Sin embargo, esta cifra esconde una serie de mentiras y medias verdades que conviene aclarar. En primer lugar, el nuevo gobierno municipal heredó un gran superávit presupuestario de la Administración de Ana Botella y durante 2015 se dedicó a aplicar el Presupuesto aprobado por el anterior equipo del PP, con lo que buena parte de esa reducción, casi el 80%, no es achacable directamente a Ahora Madrid, ya que se registró durante el segundo semestre del pasado año.
De hecho, si se amplía un poco la perspectiva temporal, se observa que Botella bajó la deuda local en 1.286 millones de euros entre mediados de 2014 y mediados de 2015, frente a los 1.074 de Carmena. Es decir, Ahora Madrid ha frenado el ritmo de amortización de deuda en casi un 17% respecto al último año del PP en el Consistorio.
A la vista de estos datos, esta reducción de deuda no se puede vender en ningún caso como un éxito sin paragón, tal y como pretende el equipo de Carmena, puesto que ésta ya se venía reduciendo con el PP y de forma aún más intensa.
Pero es que, además, Ahora Madrid intenta vender ante la opinión pública que ellos aumentan el gasto social y la inversión mientras que reducen la deuda. ¿Es cierto? El problema aquí es que Madrid, al igual que el resto de ayuntamientos, se tiene que ajustar a la Regla de Gasto que impone el Ministerio de Hacienda, un sistema que impide que el gasto público aumente por encima del crecimiento del PIB a medio plazo (hoy por hoy, 1,8% anual). Ahora Madrid cumplió la Regla de Gasto de Montoro durante 2015, tal y como reconoce en su Plan Económico-Financiero.
En la segunda mitad de 2015 fue cuando se redujo la mayor parte de esos 1.000 millones que tanto ha destacado el gobierno de Carmena. La afirmación inicial de Ahora Madrid constituye, por tanto, una mentira manifiesta, pues, mientras reducían la deuda, cumplían la Regla de Gasto sin disparar el gasto social.
Otro tema es su gestión a lo largo de 2016. El propio Ayuntamiento se queja de que la regla del Ministerio de Hacienda es el principal obstáculo que le impide elevar el gasto público, amenazando incluso con incumplir dicho precepto. Así pues, habrá que esperar a que cierre el año para comprobar si, finalmente, Ahora Madrid incumple o no dicha regla, protagonizando con ello el frenazo en la amortización de deuda que ellos mismos prevén para 2016 y 2017.
De este modo, el hecho de que la deuda de Madrid haya bajado en 1.000 millones durante el último año es más fruto de Botella y de Montoro que del equipo de Carmena, puesto que éste no ha hecho otra cosa que ejecutar el presupuesto del PP que heredaron, así como cumplir la citada Regla de Gasto.
Ahora Madrid mantiene, además, discursos contradictorios, ya que, mientras exaltan las virtudes de la amortización anticipada de la deuda, fruto de la Regla de Gasto, despotrican contra esta misma Regla por impedirles disparar el gasto social, hasta el punto de amenazar abiertamente con incumplirla.
Las soluciones mágicas no existen. O el equipo de Carmena aumenta el gasto, desoyendo el mandato del Ministerio de Hacienda, con el consiguiente frenazo en la amortización de deuda, o bien mantiene el ritmo de reducción actual, respetando la Regla de Gasto, en línea con lo que ya hacía Botella, a costa de mantener intacto o aumentar sólo ligeramente el gasto social. Lo que Ahora Madrid no puede hacer es ambas cosas a la vez, lo demás es propaganda para tratar de vender proezas que no existen.