Mariano Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría, José Manuel García-Margallo, Jorge Fernández Díaz, Íñigo Méndez de Vigo e Isabel García Tejerina. No es una relación de los asistentes al último Consejo de Ministros, sino de los invitados que acudieron este miércoles por la tarde a la presentación del libro de Luis de Guindos, España amenazada. El ministro de Economía, en su semana más complicada por el affaire Soria, tuvo el apoyo de sus compañeros de gabinete y de otros altos cargos del Gobierno, como Alberto Nadal o Carmen Martínez de Castro.
La orden parecía clara, cierre de filas, y se cumplió. Muchas sonrisas, discursos complacientes del autor de la obra y de su prologuista (el presidente del Gobierno), elogios mutuos y ninguna declaración sobre otros temas polémicos (incluso, al contrario de lo que suele ocurrir en este tipo de presentaciones, se suprimieron las preguntas del público).
En lo demás, no hubo muchas sorpresas. Tanto el presidente como su ministro de Economía incidieron en las mismas claves en sus respectivos discursos: 1) España se salvó en 2012, gracias al Gobierno del PP, de la debacle que habría supuesto un rescate completo; y 2) Si no se mantiene la actual senda, podemos volver a la misma situación.
Nada de esto debe extrañar. Probablemente, ésta es la mejor carta que tanto Rajoy como De Guindos pueden jugar en este momento. Es cierto que en 2012 todo el mundo creía que nuestro país iba a necesitar un rescate completo similar al de Grecia o Portugal. Y más allá de la discusión acerca de si el "crédito" para sanear el sector financiero, como lo llamó en su momento el presidente es un "rescate" o no, es evidente, incluso para los que utilizan ese término, que las condiciones no fueron, ni de lejos, las mismas que sufrieron los ejecutivos luso y heleno.
Por todo ello, los dos ponentes, escritor y prologuista, han reiterado el mensaje: hay que seguir en esta línea y somos nosotros los más indicados para hacerlo. Así, el ministro de Economía ha asegurado que"la falta de Gobierno nos limita" y que España no puede permitirse "tirar por la borda el esfuerzo". En este sentido, ha elogiado a su jefe, al que ha calificado como "la persona clave que en 2012 evitó el colapso de España".
Por su parte, Rajoy ha hecho una encendida defensa de su pasado (por lo que logró en 2012), presente (porque cree que los resultados electorales le dejan como la única alternativa viable) y futuro (porque asegura que España sólo mantendrá la senda con el actual Gobierno). Y se ha dirigido directamente a quien, en su opinión, impide que todo esto se produzca, Pedro Sánchez que "por un inexplicable motivo, parece decidido a llevarnos a todos a una nueva convocatoria electoral".
"El fin último de la política no es la polémica, es la gestión", ha afirmado, para a continuación asegurar que "debatir por debatir para estar debatiendo siempre en una espiral de palabrería no es política, es otra cosa". En esta línea, ha asegurado que si en España se hiciera de verdad política "hace tiempo que habría Gobierno", algo que ahora no tenemos, aunque "tampoco hay oposición, sólo ruido y bloqueo".