La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, anunció hace escasas semanas su intención de convertir a Madrid en la nueva City europea tras la victoria que obtuvo la salida de Reino Unido de la UE en el referéndum celebrado el pasado mes de junio. La incertidumbre que ha generado el Brexit es vista como una oportunidad para atraer empresas e inversiones que, hoy por hoy, operan desde Londres.
Dicho y hecho. El Gobierno regional ha puesto en marcha una estrategia para atraer multinacionales, organismos internacionales, bancos y fondos de inversión con sede en Londres, bajo el convencimiento de que Madrid reúne las características idóneas para convertirse en el gran centro financiero internacional de la UE, en sustitución de la capital británica.
El economista Daniel Lacalle será el encargado de liderar esta tarea a través de una oficina específica creada para tal fin, llamada Invest Madrid. La comunidad y la Cámara de Comercio de la región han creado este organismo como puerta de entrada a la captación de nuevas empresas e inversores procedentes de Reino Unido. Lacalle, economista e inversor con una larga experiencia profesional en la City londinense, asesorará y representará a la Comunidad de Madrid en las negociaciones que se lleven a cabo con compañías interesadas en trasladarse desde Reino Unido a la capital española.
El pasado agosto el propio Lacalle señalaba al respecto que "la Comunidad de Madrid, en particular, puede beneficiarse mucho de la atracción de las que decidan asentarse fuera del Reino Unido. Tiene unas infraestructuras espectaculares, comunicación privilegiada con Latinoamérica y África, edificios relativamente baratos, profesionales cualificados, servicios excelentes y un nivel de calidad de vida muy alto. Tiene, además, un régimen impositivo atractivo, que la sitúa por encima de París o Milán como posible capital de atracción de inversión. Y ésa es la clave. Debemos eliminar la mentalidad de ver a las empresas como cajeros y que los que no producen pongan palos en las ruedas a los que sí lo hacen. Una fiscalidad que piense en los ingresos que recibiremos si crecemos y atraemos más inversión y empleo, no en rascar lo poco que quede".
Asimismo, indicaba que "atraer empresas de servicios financieros es esencial para mejorar el patrón de crecimiento.Supone una pantalla hacia el mundo, una lanzadera que afecta positivamente a la diversificación y desarrollo de la financiación a la economía real, a la mejora de salarios por actividades de apoyo y servicio, y al desarrollo tecnológico. Ser una capital financiera no es solo tener bancos. No es una casualidad que Tokyo, Nueva York, Singapur o Hong Kong luchen como sea por mantener sus centros financieros fuertes y con atractivo. Tienen un impacto sobre la marca del país, sobre la imagen, enorme. Y además tiene un verdadero efecto multiplicador sobre la inversión y la financiación de todos los sectores. Lo contrario… Ya lo conocemos. Tenemos una oportunidad magnífica para seguir siendo un ejemplo mundial.No solo tenemos las herramientas, sino todos los ingredientes. Que no lo estropee un comité de defensores del estancamiento", concluía.