Abril de 2015. Ahora Madrid presenta su programa para gobernar el Ayuntamiento de la capital de España con una premisa estrella: "la remunicipalización de los servicios públicos". El manifiesto electoral de la lista que lideraba Manuela Carmena hablaba abiertamente de "recuperar progresivamente la gestión pública de los servicios municipales externalizados a las grandes empresas y grupos económicos". Además, planteaba que el nuevo modelo de gestión público mejoraría las condiciones laborales de los contratados para servicios como la recogida de basuras, que pasarían a ser trabajadores municipales.
Agosto de 2015. Ahora Madrid no ha ganado las elecciones, pero ha llegado al poder gracias a los votos del PSOE. Tras un trimestre al frente de la capital de España, el área de Medio Ambiente anuncia que la "remunicipalización" del servicio de recogida basuras tendrá que esperar. El contrato terminaba en octubre del pasado año, pero el Consistorio optó por prorrogar durante un año el modelo heredado del anterior equipo municipal.
Marzo de 2016. Transcurridos ya diez meses desde la investidura de Manuela Carmena, el gobierno de Ahora Madrid admite que renuncia a la "remunicipalización" de la recogida de la basura en al capital de España. El Consistorio admite que la gestión pública "no puede garantizar el empleo de los 1.900 trabajadores que están en plantilla". De hecho, la portavoz del gobierno local, Rita Maestre, admite que la "remunicipalización" supondría "interrupciones que pueden ser negativas para la ciudad".
Agosto de 2016. Ahora Madrid prepara ya la adjudicación del nuevo contrato de recogida de basuras. Pese al discurso anticapitalista de los dirigentes de la agrupación que lidera Manuela Carmena, la oferta que lleva las de ganar está compuesta de siete grandes compañías: FCC, Ferrovial, Urbaser, OHL, Sacyr, Ascan y Acciona. En total, el Ayuntamiento pagará 687 millones de euros por cuatro años prorrogables durante otros dos más.