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Etiopía, la nueva potencia mundial en el mundo de las flores

Etiopía se ha convertido en el segundo mayor exportador de flores en solo 10 años, acercándose a los niveles de Kenia.

Etiopía se ha convertido en el segundo mayor exportador de flores en solo 10 años, acercándose a los niveles de Kenia.

Cerca del Lago Ziway, en el centro de Etiopía, cientos de mujeres trabajan en un almacén de rosas de colores sobre los que ondean las banderas de los clubs de fútbol daneses PSV Eindhoven y Feyenoord.

Hace unos 10 años, el director de AQ, Frank Ammerlaan, decidió invertir en la industria floral de Etiopía y cambiar así el destino habitual de sus inversiones, Kenia. Los bajos impuestos y la afluencia de crédito ayudaron a una industria emergente que hoy llega a 200 millones de dólares anuales de ventas y que empieza a quitar cuota de mercado a Kenia, que distribuye una tercera parte de las flores de Europa y sus ventas llegan a los 500 millones de dólares anuales. "Esto es mucho mejor que Kenia. Para nosotros la seguridad y la corrupción con muy importantes y en Etiopía la situación es mucho mejor", afirma Ammerlaan a Bloomberg.

Etiopía se ha convertido en el segundo mayor exportador de flores en solo 10 años, acercándose a los niveles del país vecino. El año pasado, superó a Kenia en el ranking de las economías más fuertes de África subsahariana y su PIB se ha multiplicado por cinco en los últimos 10 años, según el Fondo Monetario Internacional. Ha conseguido atraer una inversión extranjera de más de 1.200 millones de dólares en 2014, mucho más que los 944 millones de dólares que han llegado a Kenia, según el Banco Mundial.

Sin impuestos para las importaciones de productos y beneficios libres de impuestos durante los primeros 9 años son algunas de las ventajas que ofrece Etiopía. Además, durante los primeros cinco años, los inversores no tienen que pagar impuestos por su empresa ni por algunos productos básicos como los fertilizantes, según Tewodros Zewdie, director ejecutivo de una asociación de exportadores. Etiopía está aprovechando el descontento de muchos empresarios con los elevados impuestos y los sobornos que existen en el país vecino. Además, los productores tienen que hacer frente a altos costes laborales, así como a una elevada factura en tierra y fertilizantes. Tanto es así que el año pasado cinco compañías de Kenia trasladaron sus operaciones a Etiopía.

Etiopía necesita divisas

Etiopía ha progresado mucho, pero aún le queda mucho por hacer en temas de democracia y transparencia. Por ejemplo, las empresas estatales son monopolios que controlan áreas muy importantes de la economía. Pero, en realidad, es la necesidad de tener divisas internacionales lo que hace que ofrezcan estos incentivos a los inversores.

La industria de las flores tienen mucho potencial de crecimiento. La producción de 2015 fue de 50.000 toneladas métricas, según una asociación etíope y, de momento, no es comparable con las 122.800 toneladas que produce Kenia. "Hemos decidido diversificar el riesgo", afirma Richard Fernandes, fundador del grupo Hariki. Etiopía, tiene dificultades para obtener fertilizantes e insecticidas biológicos, pero sabe que el país tiene mucho potencial. "Si Etiopía se abre, la industria y toda la economía crecerán muchísimo, y es lo que estamos esperando", añade.

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