Esta semana han comenzado a rodar los primeros taxis autónomos del mundo en Singapur. Más allá de que se trata de un producto revolucionario, que está llamado a cambiar de forma radical el sector del transporte, la cuestión es que esta idea encaja a la perfección con el férreo control que ejerce el Gobierno de este país sobre el tráfico rodado.
Ya en 1990, Singapur creó un sistema de permisos de circulación para limitar el número de vehículos mediante el establecimiento de cuotas. Si la demanda de coches es alta, conseguir este certificado puede costar incluso más que el propio vehículo. Asimismo, en 1998, fue el primer país del mundo en gestionar el tráfico a través de peajes electrónicos para poder entrar a zonas congestionadas en horas puntas, informa Quartz.
Igualmente, en 2014, el primer ministro, Lee Hsien Loong, lanzó el programa Smart Nation, que permite al Gobierno controlar el movimiento de todos los automóviles del país mediante un sofisticado sistema de sensores y cámaras. No es de extrañar, por tanto, que Singapur también haya sido el primer país en apostar por los taxis autónomos, sin conductor.
El primer taxi autónomo del mundo
NuTonomy, una startup estadounidense surgida del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), comenzará a probar su servicio de taxis autónomos en Singapur. No es la primera que lo hace (en Japón llevan meses en pruebas), pero supone adelantar al gigante Uber, que planea comenzar a probar su propio servicio este mes en la ciudad estadounidense de Pittsburg.
Los pasajeros viajarán en unos modelos modificados de Renault Zoe y Mitsubishi i-MiEV, ambos eléctricos, e irán acompañados de un ingeniero de NuTonomy por si en algún momento tiene que tomar el control del vehículo. Este experimento se limitará a un distrito comercial y residencial de 6,5 kilómetros cuadrados llamado One-North, y las recogidas y dejadas estarán limitadas a sitios específicos. En total, circularán seis coches autónomos.