El secretario general de Ingresos Públicos griego, Yorgos Pitsilís, emitió el lunes un decreto que prevé el cierre en 48 horas de negocios que no emiten facturas, una medida que intenta disuadir de la evasión fiscal precisamente en el sector turístico, el más importante de la economía griega. La decisión fue tomada al tiempo que aumentan las denuncias de consumidores en casi todos los destinos turísticos griegos por tiendas que rechazan a emitir una factura o recibo de compra.
El Ministerio de Economía impuso hace años a todas las tiendas y comercios poner junto a la caja un cartel en el que se diga a los clientes, en griego y en inglés, que no están obligados a pagar si no se les da un recibo. Sin embargo esta obligación tiene efecto limitado y la no emisión de recibos es una práctica común en la restauración y en el comercio al por menor, frecuentemente mediante un acuerdo tácito entre el tendero y el consumidor por el que este último obtiene una rebaja. "Este año los empresarios de los destinos turísticos ni siquiera proponen esta rebaja", ironizó Lejuriotis, presidente del Instituto de Consumidores (INKA).
Además muchas empresas, según Lejuritis, se niegan a aceptar pagos con tarjetas de crédito o de débito con el pretexto de que no disponen del aparato necesario o que este no funciona. El incremento sensible de pagos con "dinero de plástico" el año pasado, a causa de la imposición de controles de capital desde el inicio de julio de 2015 que siguen aún en vigor, permitió a Hacienda destapar una evasión fiscal muy amplia en todos los destinos turísticos del país, que fue posible al comparar las cifras de pagos que mencionaban los bancos con las facturas emitidas por las cajas registradoras de los comercios. Los controladores de Hacienda descubrieron, en varias ocasiones, la existencia de cajas registradoras no declaradas que emitían facturas falsas.