El Brexit nos afectará. No mucho pero, si se cumple el pronóstico del FMI, nuestro país verá acentuada la desaceleración que ya se preveía para el final de este año y el que viene. Según las últimas previsiones del organismo, publicadas este martes, la economía española crecerá un 2,6% en 2016 y un 2,1% en 2017. Seguimos estando por encima de la media de la Eurozona y de los países ricos, pero respecto al 3,2% de crecimiento experimentado en 2015, supondría un claro retroceso.
Era previsible que tras el resultado del referéndum del pasado 23 de junio, el FMI empeorase sus previsiones. Todos los analistas que han publicado informes desde esa fecha lo han hecho. Por eso, en realidad se podría decir que el organismo es relativamente optimista respecto a la evolución de la economía mundial en el futuro próximo. Sí, es cierto que alerta de “importantes riesgos a la baja” y también es verdad que apunta a que la situación macroeconómica sufrirá debido al “aumento de la incertidumbre” que se ha podido percibir en las últimas semanas.
Pero al mismo tiempo, los autores del documento apuntan que su escenario base no es especialmente catastrofista. En su opinión, lo normal es que las dudas sobre qué va a pasar comiencen a disminuir con el paso de los días, según avance la negociación entre la Unión Europea y Reino Unido que debería terminar, prevén, con un acuerdo que “evite un incremento significativo en las barreras comerciales, minimice el impacto en los mercados financieros y limite las consecuencias políticas” del Brexit. Evidentemente, el FMI no se pilla los dedos y admite que exiten otras posibilidades. Pero apenas tres semanas después del referéndum, es significativo el tono más bien confiado que destila el informe.
Las previsiones
En cuanto a las cifras, las previsiones generales del FMI no cambian demasiado a nivel global respecto a lo que reflejaba su informe de primavera, en abril. En este World Economic Outlook del verano de 2016, el organismo anticipa un crecimiento del 3,1% para 2016 y del 3,4% a nivel global (una decima menos en cada caso que hace tres meses).
Los culpables de la desaceleración son los países ricos. Mientras que los mercados emergentes mantienen su ritmo de crecimiento previsto (4,1% este año y 4,6% el que viene), son las economías desarrolladas las que se verán más afectadas por el Brexit. Por ejemplo, la Eurozona crecerá, según este pronóstico, un 1,4% en 2017, dos décimas menos de lo apuntado en abril. Todos los países europeos analizados verán una ralentización de su crecimiento previsto. Incluso Francia, que mejora notablemente las expectativas para este año (hasta el 1,5% positivo, cuatro décimas más que en abril) sufrirá un parón (sólo crecería un 1,2% en 2017) tras el Brexit.
Como es lógico, es la economía británica la que más se ve afectada por la decisión de sus ciudadanos. Así, tras crecer un 3,15 en 2014 y un 2,2% en 2015, el FMI prevé un crecimiento del 1,7% y el 1,3% en los dos próximos ejercicios. Esta última cifra es especialmente llamativa, puesto que supone una caída de casi un punto respecto a la previsión de abril, cuando el organismo apostaba por un crecimiento robusto de la economía británica superior al 2%.
En lo que respecta a España, seguismo siendo una de las economías ricas que más crece. De hecho, para este año, lideramos el grupo de los países ricos incluidos en el análisis principal del FMI (EEUU, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido, Japón, Canadá). El organismo anticipa un crecimiento del 2,6% (lo mismo que en abril). Será el año que viene cuando más notemos las consecuencias de una desaceleración que afectará a nuestros principales socios comerciales. No hay que olvidar que nuestro país sigue vendiendo buena parte de sus exportaciones a los grandes países de la UE, que serán los que más sentirán los efectos del Brexit. Por eso, el FMI cree que nuestro crecimiento bajará al 2,1%, dos décimas menos de lo que apuntaba en abril. Hay que recordar que las previsiones oficiales del Gobierno son de un crecimiento del 2,7% en 2016 y el 2,4% en 2017.
Eso sí, incluso aunque los datos que podemos ver en el cuadro de previsiones no son demasiado preocupantes, los autores del informe alertan de un buen puñado de riesgos que rodean a la economía mundial y que, de materializarse, podrían poner en peligro estas cifras.
En primer lugar, están los resultados del Brexit. Aunque, como decimos, el FMI es moderadamente optimista, no excluye la posibilidad de que las negociaciones entre la UE y el Gobierno británico se compliquen, lo que podría implicar un incremento de las barreras comerciales, un retroceso en los intercambios a nivel mundial y un incremento en la incertidumbre, especialmente grave por lo que respecta a los mercados financieros.
En este sentido, la situación del sector bancario europeo, sobre todo en lo que afecta a las entidades italianas y portuguesas, preocupa a los autores del informe. Por otra parte, también está la situación en China, de la que advierten de que podría sufrir un ajuste superior al esperado debido a su excesiva confianza en el crecimiento ligado al crédito. Por último, también alertan de que las tensiones geopolíticas y el terrorismo podrían tener un impacto en el crecimiento a medio plazo.