No, no es broma. El PIB de la República de Irlanda aumentó un 26,3% a lo largo del año 2015 en comparación con el tamaño de la economía en 2014. Esta cifra récord fue anunciada por la Oficina Central de Estadísticas de la isla, que hasta ahora había manejado niveles de crecimiento muy altos para 2015, pero alejados del espectacular 26,3% que finalmente ha sido comunicado.
La previsión oficial de crecimiento para 2015 apuntaba a una expansión del PIB cercana al 8%. Para ser precisos, el dato que se había manejado hasta ahora era de un 7,8%. En Libre Mercado comentamos al respecto que el modelo liberal de Irlanda, con impuestos bajos y poco intervencionismo, ha dado una lección a los defensores del modelo intervencionista de Grecia. Sin embargo, los datos finales han sido mucho más abultado, principalmente por la confluencia de una serie de factores que aceleraron el crecimiento en la segunda mitad del ejercicio pasado.
La Oficina Central de Estadísticas ha explicado que las exportaciones netas subieron más de un 100% en 2015. Otro elemento clave fue la incorporación al PIB irlandés de las actividades de una compañía líder en el sector de alquiler de aviones que, desde el año pasado, opera en Irlanda. Además, los beneficios tributarios de la isla atrajeron en 2015 a más empresas de las esperadas, lo que también ha disparado la cifra final de crecimiento hasta niveles superiores al 26%.
También ha influido la estrategia de los gobiernos occidentales de perseguir la “competencia fiscal”: ponerle más trabas a países de impuestos bajos ha tenido el efecto contrario a lo esperado y ha hecho que se dispare el número de compañías que localiza sus sedes en jurisdicciones como Irlanda, donde el compromiso con los impuestos bajos es firme.
El consumo se dispara un 4,5%
Podría decirse que el efecto de las multinacionales en los cálculos del PIB irlandés genera una cierta distorsión que aleja los datos de crecimiento de la evolución de la “economía real”. Sin embargo, cuando se estudia el Producto Nacional Bruto, es decir, el PIB sin incluir el movimiento que generan las compañías multinacionales domiciliadas fiscalmente en Irlanda, lo que nos encontramos es un crecimiento del 18,7% que resulta igualmente espectacular. También podría argumentarse que el aumento del PIB no va de la mano de una mejoría del mercado laboral. Sin embargo, la revisión de las cifras de paro también arroja un cambio positivo. Así, el paro ya se sitúa bajo el umbral del 8%, casi la mitad que el 15% observado en los peores momentos de la crisis.
Otro posible pero a los datos sería el relacionado con la desconexión entre el crecimiento y el poder adquisitivo de los irlandeses. Sin embargo, el consumo creció un 4,5% en 2015 y acumuló en el primer trimestre de 2016 un avance del 2,1%, la cifra más alta en años. Por otro lado, los salarios también mejoraron. Así, en 2015 las empresas desembolsaron 71.500 millones de euros para retribuir a sus trabajadores, un aumento del 5,6% frente a los 67.700 millones de 2014.
En 2016, eso sí, los datos de crecimiento arrojarán datos más modestos, como consecuencia de la comparativa del presente ejercicio con un 2015 en el que el aumento del PIB alcanzó niveles desorbitados. A pesar de esto, todo apunta a que Irlanda seguirá siendo una de las economías europeas que más crece.
La deuda cae del 94% al 79% del PIB
La revisión de los datos de crecimiento de Irlanda se va a traducir en una mejoría automática de los datos de deuda, ya que su peso sobre el PIB va a pasar del 94% al 79% como consecuencia del mayor tamaño de la economía y del buen desempeño fiscal que ha ido cosechando el Tigre Celta en los últimos años. Por otro lado, el déficit habrá mejorado hasta situarse en el 1,9% del PIB, un cambio a mejor que, no obstante, sigue dejando a Irlanda en números rojos.