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¿Verano negro en Italia? Prepara un ‘rescate bancario’ de 40.000 millones

La maltrecha salud de su sistema financiero puede terminar detonando una bomba de relojería en Italia.

La maltrecha salud de su sistema financiero puede terminar detonando una bomba de relojería en Italia.
Matteo Renzi | Facebook

Primero fue Grecia. Luego Irlanda. Después Portugal. Más tarde le llegó el turno a Chipre. Finalmente, España se convirtió en el epicentro de la crisis del euro. Desde 2008, los riesgos económicos, fiscales y financieros del Viejo Continente se han desplazado de un país a otro, dependiendo de las reformas aprobadas en cada uno. Irlanda, Portugal, Chipre y España enfrentan hoy un estrés financiero mucho más bajo que en los peores momentos de la Gran Recesión, pero Grecia no ha sido capaz de darle la vuelta a la situación y, de hecho, el rumbo del país heleno no ha dejado de empeorar desde que Syriza llegó al poder.

En la particular tragedia europea de los últimos años, Italia ha jugado el papel de actor secundario, pero recurrente. El ministro de Economía, Luis de Guindos, explicó en su momento que, cuando las autoridades europeas empezaron a estudiar la posibilidad de aplicar un "rescate" completo para solucionar la crisis española, su advertencia a Bruselas fue que debían preparar "500.000 millones para nosotros… y otros 700.000 millones para Italia".

Berlusconi, Monti y Renzi

A finales de 2011, el país transalpino entró en barrena y, tras las fuertes presiones que llevaron a la dimisión de Silvio Berlusconi, el tecnócrata Mario Monti fue elegido primer ministro apenas unos días después de entrar en el Senado a través de un nombramiento express. Ninguno de los ministros del gabinete Monti había salido elegido en las urnas: todos sus hombres fuertes venían, como él, de esferas alejadas del ruedo electoral. En 2012 y 2013, su gobierno aprobó medidas de austeridad y reformas económicas que parecían alejar los fantasmas del contagio.

Las siguientes elecciones generales arrojaron un giro hacia el centro-izquierda que resultó en la llegada al poder de Matteo Renzi, quien no dudó en comprometerse con la reforma del gasto público y tampoco titubeó a la hora de anunciar importantes rebajas de impuestos, valoradas en 18.000 millones de euros. El primer ministro italiano no dudó en alejarse del populismo desde un primer momento y, de hecho, envió a Europa un mensaje claro: "nuestro modelo no es España, sino Alemania". Renzi ha hecho gala desde entonces de un cierto pragmatismo liberal, apostando por menos gasto y menos impuestos como receta contra la crisis.

La crisis bancaria que puede estallar

Aunque Italia ha conseguido capear el temporal, la maltrecha salud de su sistema financiero puede terminar detonando una bomba de relojería que, hasta ahora, se había mantenido en calma. Bloomberg ya ha señalado que el gobierno está estudiando un "rescate" bancario por valor de 40.000 millones de euros. El "plan B" pasa por conceder avales y garantías por un monto de 150.000 millones, una operación arriesgada que Renzi ha comentado ya con la Comisión Europea.

De momento, el gobierno ya ha dado "luz verde" al "rescate" de Veneto Banca por parte de ATLANTE, un fondo nutrido de aportaciones obligatorias de las entidades transalpinas que ha pasado de manejar 5.000 millones de euros a comienzos de año a quedarse prácticamente sin la mitad de su capital a raíz de las inyecciones aprobadas en los últimos meses.

El gobierno italiano es consciente de que hay la friolera de 360.000 millones "pillados" en préstamos de dudoso cobro. Se plantea, de hecho, la creación de un "banco malo" que serviría para limpiar los balances del sector, pero no hay luz verde de los socios europeos, que de hecho podrían exigir quitas a los acreedores como fórmula para evitar un "rescate" con dinero público.

El caso es que, mientras sigue el impasse en el campo político, las dudas van a más y el miedo a que Italia protagonice un "verano negro" empieza a crecer. Los bancos no están consiguiendo refinanciarse en los mercados de capitales y el agujero negro de sus balances ya ronda el 20%. El Financial Times destaca, además, que "en Italia hay 600 entidades bancarias distintas. Hay más sucursales que pizzerías…". CNN toca esta cuestión y señala que "hay 52 sucursales de banca por cada 100.000 adultos, frente a las 38 de Estados Unidos o las 14 de Alemania".

Si a esto le sumamos un paro que ya alcanza el 12%, una tasa de crecimiento que no termina de repuntar y un claro auge del populismo de la mano del Movimiento Cinco Estrellas, parece claro que Renzi tiene un 2016 muy complejo por delante. Y, por si no fuese suficiente, en octubre está previsto un referéndum sobre una reforma electoral que ha generado rechazo entre todas las fuerzas de oposición con peso electoral.

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