Leyendo las portadas de este lunes, parece claro que en la próxima legislatura gobernará Mariano Rajoy con el apoyo de Ciudadanos y alguna abstención de los partidos nacionalistas. Más o menos, éste es el análisis que ha ido ganando peso según se conocían los resultados de la noche electoral. Casi todos los medios de comunicación dan por hecho que el PP no tendrá problemas para sacar adelante la investidura del actual presidente en funciones. Y tampoco parece haber muchas dudas sobre el voto favorable de los de Albert Rivera.
Sin embargo, parece claro que Ciudadanos no puede regalar la investidura al PP. Sus tres millones de votantes les apoyaron por algo y querrán que sus votos tengan un reflejo. Si hubieran querido que el PP aplicase al 100% su programa electoral, habrían votado al PP… se supone.
Es cierto que hay puntos en común en los programas de ambas coaliciones. También lo es que hay temas muy sensibles, que les han separado en estos meses. Para empezar, la figura de Mariano Rajoy: a lo largo de la campaña Ciudadanos planteó casi como si fuera una exigencia la salida del actual presidente del Gobierno. Este lunes por la mañana, Albert Rivera moderaba su lenguaje y decía que no hay "veto" al presidente.
Con todo esto encima de la mesa, la pregunta interesante es qué pedirá Ciudadanos al PP a cambio de su apoyo. Rivera asegura en todas las entrevistas que le hacen que no le importan los sillones, sino las políticas. Hay muchos temas que entrarán en las negociaciones. Pero al menos en el capítulo económico, hay siete cuestiones abiertas en las que los de naranja tienen puntos de vista diferentes al PP (o al menos, matices importantes):
- ¿Nos multará Bruselas por el exceso de déficit?: esto no depende ni de PP ni de Ciudadanos, pero en la actitud de la UE puede ser clave cómo marchen las negociaciones. Bruselas quiere un Gobierno en el que confiar de una vez por todas. Nuestro país ha incumplido el déficit todos los años de la última década. Para evitar la multa, nuestro mejor argumento podría ser un plan de reformas integrales: nueva vuelta de tuerca al mercado laboral, pensiones, organismos reguladores... Y también un compromiso decidido por cuadrar las cuentas. Tanto Ciudadanos como el PP han hablado de pedir más margen a la UE en el ritmo de reducción del déficit. La cuestión es lo que se ofrecerá a cambio y de cómo se perciba el nuevo Gobierno en la capital comunitaria.
- ¿Más o menos impuestos?: los programas de impuestos de PP y Ciudadanos se parecen… pero no tanto. Los dos hablan de bajar el IRPF, aunque los populares decían que querían hacerlo desde ya y los naranja dicen que no hay margen y en esto coinciden con Bruselas. Éste puede ser un tema en el que funcione la "excusa Ciudadanos": que el PP se salte su programa y le eche la culpa en parte a la UE y en parte a sus nuevos socios de gobierno.
En Sociedades se intuye una subida: los dos partidos hablan de eliminar deducciones y bonificaciones. Esto se hará, pero sin tocar los tipos, lo que implica un incremento en el impuesto. También parece que habrá subidas de cotizaciones a los autónomos, que tendrán que pagar a la Seguridad Social en función de sus ingresos (algo que perjudicará al 85% de los trabajadores por cuenta propia).
En IVA ninguno de los dos partidos planteaban ningún cambio en el programa electoral. Pero cuidado, éste es el tributo que nadie sube en campaña y que más fácil se toca luego en el Gobierno, entre otras cosas porque es más fácil de recaudar y los ingresos extra se notan de forma inmediata. Bruselas quiere más peso de la imposición indirecta. Además, en un Ejecutivo de coalición siempre es más sencillo: cada uno le echa la culpa de subir el IVA (una medida muy impopular) al otro y se limita el daño ante el electorado.
- ¿Reforma de las pensiones?: ni PP ni Ciudadanos han querido tocar est cuestión en campaña. Pero estamos de nuevo ante un tema ineludible, que preocupa en Bruselas y que quizás es mejor hacer juntos que por separado (incluso, si puede ser, esconderse en la excusa fácil del Pacto de Toledo). La reforma que aprobó el PP en 2013 establecía un doble mecanismo (factor de revalorización anual y factor de sostenibilidad) para equiparar en el largo plazo las cuentas del sistema.
Pero hay dos temas fundamentales a los que meter mano: 1. la nueva financiación vía impuestos, que a nadie le gustará aprobar pero que no habrá más remedio que poner en marcha si no se acomete una reforma en profundidad del sistema, ya sea con un nuevo tributo finalista (como propuso el PSOE) o sacando partidas de la Seguridad Social (es otra forma de hacer lo mismo, pero sin decirlo tan claramente).
Y 2. la información al ciudadano: en esto, Luis Garicano y el equipo económico de C’s fue muy insistente a lo largo de la campaña. Pero también lo prometió el PP en la última legislatura (lo de las cartas a los futuros pensionistas informando de cuánto sería su prestación) y luego todo quedó en nada. Sí, es cierto que con la reforma del 2013 el sistema se hace "sostenible", pero también es cierto que esa sostenibilidad se conseguirá rebajando la relación entre pensión y salario. Es decir, si vamos a seguir con este sistema, hay que contarle a a gente que su prestación será mucho menor de lo que se piensan, para que puedan tomar medidas (básicamente, ahorrar) de cara a su jubilación. ¿Quién le pondrá ese cascabel al gato y le contará la verdad a los trabajadores españoles?
- ¿Contrato único?: es la gran promesa de campaña de Ciudadanos. El PP la despreció y se sumó a los argumentos de la izquierda (que si bajaba el coste del despido, que era imposible en un país de servicios como España…). Sin embargo, no es una propuesta que esté tan alejada de los planteamientos de los populares. Forma parte de la mitad de los documentos de FAES sobre reforma del mercado laboral, aunque no siempre se utilicen los términos "contrato único", que ahora parecen tabú. No parece que haya aquí una diferencia sustancial en lo ideológico, por lo que la pugna será política. ¿Está dispuesto el PP a conceder a su adversario esta victoria? ¿Está dispuesto Ciudadanos a plantear esta medida como una línea roja para su apoyo?
- ¿Financiación autonómica? ¿Cupo vasco?: delicadísimo. El ministro Montoro prometió en 2012, al poco de llegar al cargo, que habría nuevo modelo de financiación autonómica antes del fin de la legislatura. Y no ha cumplido su promesa. A lo largo del año 2014 debió pensar que bastantes líos tenía ya en los Consejos de Política Fiscal y Financiera (CPFF) como para abrir otro melón como éste. Ahora la patata caliente la tendrá el próximo Gobierno. Ciudadanos apuesta por un modelo vagamente federal, más sencillo en su diseño y con más corresponsabilidad fiscal que el actual. No parece que al PP esto le moleste en exceso, pero si hay un nuevo modelo de financiación habrá comunidades que ganen y otras que pierdan. No será fácil de vender a algunos barones populares.
Y hay otro tema complicado encima de la mesa. Para llegar a 175 diputados, el PP necesita no sólo a Ciudadanos, sino también al PNV. El voto favorable de los nacionalistas vascos no saldrá gratis. Pero si algún partido ha sido crítico con el actual concierto económico de las provincias forales, ése ha sido Ciudadanos. Se antoja un tema complicado, pero que habrá que tocar sí o sí… y probablemente antes de la investidura.
- ¿Cuándo se reprivatizará Bankia?: los dos están de acuerdo en que hay que cumplir con la UE y mantener los términos del MoU firmado para el rescate bancario. Pero puede haber diferencias en cuanto a los tiempos. Para el PP, es fundamental recuperar el máximo del dinero inyectado en la entidad. Entre otras cosas porque quiere evitar a cualquier precio los titulares de "el Estado sólo recupera el XX% de lo que metió para rescatar a Bankia". Por eso, puede tener la tentación de demorar la venta hasta que intuya que puede maximizar el ingreso.
Ciudadanos no querrá malvender, pero también es verdad que una banca pública es una piedra en el zapato que es mejor quitarse cuanto antes. Y Bruselas presionará para cumplir plazos o no alargarlos muchos, entre otras cosas porque la amenaza de Podemos de no privatizar Bankia si ganaba tendrá su importancia.
- ¿Habrá Pacto por la Educación?: es la obsesión de Ciudadanos y el legado que Rivera quiere dejar. En todas las comparecencias públicas reitera su obsesión con este tema y repite que es imprescindible que fijemos un modelo que no esté en constante debate y que sirva para 20 ó 25 años, sea cuál sea el color del Gobierno de turno. El PP aprobó su propia ley hace un par de años, por lo que no es un tema que le urja, pero se intuye complicado que un pacto con Ciudadanos no se meta a fondo en este tema. Eso sí, aquí entra un tercer factor: el PSOE. Lo que pide C’s es un acuerdo que valga para una generación y eso necesitará del concurso de los socialistas, lo que no será nada sencillo.