El referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea ha desatado una nueva tormenta económica y financiera en el continente ante la incertidumbre que arroja el resultado.
¿Qué consecuencias tendrá el Brexit? Nick Greenwood, responsable del área de análisis para inversores internacionales en Analistas Financieros Internacionales (Afi), analiza en el blog de Funcas el posible impacto que tendría en Reino Unido y España. A continuación, se exponen las claves.
Reino Unido y un nuevo tratado con la UE
Las consecuencias a más largo plazo de un Brexit dependerán del grado en que las relaciones comerciales del Reino Unido con la UE se vean permanentemente alteradas y de si el Reino Unido es capaz de adoptar medidas compensatorias (por ejemplo, mediante la desregulación, la repatriación de fondos del presupuesto de la UE y la celebración de acuerdos de libre comercio con otras regiones).
La mayoría de los análisis económicos llegan a la conclusión de que el Brexit posiblemente tenga consecuencias negativas a largo plazo para la economía del Reino Unido. El consenso general parece señalar un impacto negativo a largo plazo de entre el 1% y el 3% del PIB respecto al escenario de referencia -suponiendo un resultado razonable en las negociaciones entre el Reino Unido y la UE-.
La disyuntiva a la que tendría que enfrentarse el Reino Unido entre aumentar su libertad de acción y seguir teniendo acceso a los mercados de la UE respalda estas conclusiones. En 2015, la UE representaba alrededor de un 44% de las exportaciones de bienes y servicios del Reino Unido.
Tal y como muestra el siguiente gráfico, los países con mayor nivel de acceso a los mercados de la UE, como Noruega, deben cumplir la mayoría de las normas de la UE, incluido aceptar la libre circulación de personas y contribuir al presupuesto de la Unión. A su vez, tienen una influencia mucho menor sobre la formulación de dichas normas.
El caso de España
Pero España tampoco sería inmune a los efectos de un Brexit debido a sus fuertes conexiones con el Reino Unido, tal y como se expone a continuación.
La economía española mantiene un superávit comercial con el Reino Unido por valor del 1,3% del PIB. A diferencia de otras economías de la UE, España mantiene superávit tanto en la balanza de bienes como de servicios. Reino Unido es el cuarto mercado más importante para las exportaciones de productos españoles, y representa un 7,3% del total. Asimismo, es un mercado especialmente importante para las exportaciones españolas en los sectores del transporte (vehículos, trenes y aviones) y alimentario (frutas y verduras).
El superávit de la balanza de servicios de España refleja la fuerte entrada de turistas británicos al país. El Reino Unido es el principal mercado para los servicios turísticos españoles. El año pasado, 15,8 millones de personas visitaron España, cifra que representa el 21,1% del gasto turístico total en dicho período.
Los flujos migratorios entre los dos países también son considerables, aunque con perfiles diferentes. Se estima que entre 800.000 y 1 millón de británicos viven al menos una parte del año en España. Esta población está representada principalmente por grupos de mayor edad con una fuerte dependencia del sistema de la Seguridad Social. Por otro lado, el Reino Unido es el principal destino para los emigrantes españoles, mayormente jóvenes en busca de oportunidades laborales.
El Reino Unido es el principal destino de la inversión directa extranjera española, representando el 14% del total de las salidas de IDE española. Las inversiones españolas se centran específicamente en los sectores financiero, de telecomunicaciones y de suministro energético. Por su parte, el Reino Unido es el quinto mayor inversor en España, donde posee importantes inversiones en los sectores de telecomunicaciones y tabaco.
La inversión española en el sector financiero del Reino Unido es especialmente importante. De todos los países europeos, el sector bancario español tiene las mayores inversiones en el sector bancario privado del Reino Unido, solo por detrás de EEUU.