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De la universidad al empleo: cómo aprovechar al máximo el talento de nuestros jóvenes

España es uno de los países que más ha mejorado sus índices educativos en las últimas décadas, pero aún quedan retos pendientes.

España es uno de los países que más ha mejorado sus índices educativos en las últimas décadas, pero aún quedan retos pendientes.
España es uno de los países con una tasa de universitarios más alta entre los jóvenes de 25 a 34 años. | Santander Universidades

Jean Tirole, premio Nobel de Economía en 2014, repite a menudo que la pérdida de capital humano que sufre una sociedad por la marcha de un investigador va mucho más allá de su persona. Cuando un joven talentoso abandona su país de origen o el lugar en el que estudió por falta de oportunidades, no sólo se lleva en la maleta la riqueza que creará en el futuro, sino todos sus conocimientos. Habrá toda una generación de jóvenes científicos que no podrán ser sus discípulos, simplemente porque ese profesor que les habría enseñado ya no estará allí.

Y es cierto. España ha visto en las últimas décadas una expansión de la educación como pocos otros países. Los niveles de alfabetización se han disparado: en 1900, menos de la mitad de la población de entre 25 y 30 años sabía leer y escribir; en 1950 ya eran el 89%; ahora ese porcentaje es prácticamente del 100% para los menores de 70 años. No sólo eso, como demuestran los exámenes internacionales, los menores de 45 años también tienen capacidades en lectura o matemáticas superiores, de media, a las de sus padres o abuelos.

Por no hablar del top, el que forman los estudiantes universitarios. Nuestro país está en los puestos de cabeza de la UE en cuanto al porcentaje de jóvenes de entre 25 y 35 años con un título superior. No todo es de color de rosa en la educación española, pero tener un buen porcentaje de alumnos en las facultades es sin duda una buena noticia. Los universitarios ganan más, son más productivos y tienen carreras laborales más largas y estables que aquellos sin título.

Ahora queda el siguiente reto: ser capaces de ofrecerles una oportunidad a todos esos jóvenes que salen de nuestras universidades. Es una cuestión de justicia, pero también de egoísmo. Como explica Tirole, no podemos perder esa enorme cantidad de capital humano que hemos acumulado. Los MBA españoles, por ejemplo, están entre los más demandados de Europa. Muchos de sus alumnos querrían quedarse a trabajar luego en nuestro país y, en ocasiones, no lo consigue ante lo que perciben como una falta de oportunidad. Productividad, tecnologías, innovación… todas esas palabras que están tan de moda podrían resumirse en una única consigna: no dejar que el talento se nos escape de las manos.

Libre Mercado habló esta semana con Juan Vázquez, exrector de la Universidad de Oviedo y presidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), durante dos mandatos, entre 2003 y 2007. En su opinión, es cierto que existe "una brecha" en la inserción laboral, lo que provoca problemas de empleo entre muchos titulados. España es uno de los países de la UE en los que el desempleo entre universitarios es más elevado. Eso sí, Vázquez cree que hay que poner el acento también en el lado de la oferta : "El mayor problema es que en nuestro país tenemos una estructura productiva con pocos puestos cualificados y un escaso peso de sectores intensivos en conocimiento. ¿Es grande la universidad? Yo nunca lo diría, eso es capital para el país".

Universidad y emprendimiento

Banco Santander, por ejemplo, a través de Santander Universidades, colabora desde hace 19 años con universidades e instituciones de todo el planeta con el objetivo claro de contribuir al progreso de las personas y de las empresas. La entidad es la empresa que más invierte en educación en el mundo, según el primer estudio global publicado por la Fundación Varkey en colaboración con la UNESCO. Hablamos de 160 millones de euros destinados a este fin sólo en 2015. Más de 1.200 centros de investigación y universidades se mantienen gracias al patrocinio de Santander en más de una veintena de países, entre los que destacan por el número de proyectos España, México o Brasil.

Más de 35.000 becas (el programa más extenso de ayudas a estudiantes de una institución privada en el mundo), premios de investigación e innovación, desarrollo de nuevas tecnologías y ayudas al emprendimiento y la investigación. Prácticamente no hay ningún aspecto de la educación superior en el que Santander no participe.

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Ana Botin, presidenta del Grupo Santander, en un acto de Universia.

Aunque son proyectos globales, en nuestro país tienen especial relevancia Universia, "la Red de universidades más importante de Iberoamérica, constituida por 1.401 universidades de 23 países, que representan a 19,2 millones de estudiantes y profesores, que promueve el cambio y la innovación a través de una plataforma de productos y servicios para la comunidad universitaria y las empresas.", y Red Emprendia, "una red de Universidades que promueve la innovación y el emprendimiento responsables".

El reto

Como vemos, hay una serie de términos que se repiten y que parecen inevitablemente unidos: universidad y empresas; investigación y emprendimiento; talento y esfuerzo; estudiantes y emprendedores. No es casualidad, si la educación en España tiene un reto, ése es el de aprovechar el talento. En nuestro país, las tasas de paro entre los titulados están entre las más altas de Europa. Y las condiciones laborales (los sueldos y lo que se llama "prima por la educación") también están lejos de las de los universitarios alemanes, franceses o británicos. También sabemos que muchas veces no es nada fácil emprender y que desde los poderes públicos en muchas ocasiones hay más buenas palabras que realidades para los que inician un proyecto ilusionante.

En esta cuestión, Vázquez prefiere ver el vaso medio lleno. Es cierto que queda trabajo por hacer, pero no hay que perder la perspectiva de lo hecho en los últimos años: "Cuando yo empecé, no se hablaba de emprendimiento, ciencia, innovación, disrupción… Nunca será suficiente la relación universidad-empresa, pero la mejora ha sido espectacular. Ocurre como en el conjunto del país: vemos los problemas, pero no vemos el cómo éramos y cómo somos. También es cierto que los retos y la adaptación deben ser permanentes. El mundo va muy rápido".

No puede ser que un país que tiene un número de titulados jóvenes tan importante no sepa aprovecharlos. Esto también es tirar el dinero. Es como invertir en maquinaria y dejarla parada. Con un agravante, la maquinaria no tiene la sensación de tiempo malgastado ni la frustración que acumula un buen estudiante sin oportunidades.

Así, existen tres grandes objetivos por delante, que no serán fáciles de conseguir y para los que será fundamental la colaboración de todas las instituciones, públicas y privadas, interesadas en aprovechar esta fuente de riqueza y bienestar, que no otra cosa son los jóvenes con talento:

  • Reducir la tasa de fracaso escolar e incrementar el porcentaje de titulares de nivel medio (educación secundaria superior). Se puede ver en el gráfico superior como es aquí donde se encuentra el principal problema de nuestro sistema educativo.
  • Mejorar las condiciones de acceso al mercado laboral, con carreras más cercanas a las demandas de un mundo moderno, cambiante y lleno de oportunidades. Con empresas más abiertas a experimentar y universidades más permeables a la influencia externa.
  • Incentivar, de verdad, la creación de riqueza a través del emprendimiento. Por cierto, que esto también se hace facilitando la recuperación después de un fracaso, algo que en los países más dinámicos se supone que es una etapa fundamental de aprendizaje y que en España en ocasiones se considera como un baldón con el que se carga para siempre.

En este punto, Vázquez cree que es cierto que hay que potenciar el emprendimiento, pero sin caer en las modas de los últimos años, que parece que nos empujan a que todos seamos empresarios. Y una cuestión clave, a emprender no se enseña con un manual: "El emprendimiento es un ambiente. No hablo sólo de emprendimiento empresarial. Se potencia poco la creatividad, las trayectorias heterodoxas, la flexibilidad... Somos muy rígidos y homogéneos. Creemos que enseñar a ser emprendedores equivale a dar una asignatura de contabilidad; pero es enseñarles a ser capaces de asumir riesgos, estimular sus iniciativas o aprovechar sus talentos".

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Los universitarios tienen tasas de empleo más altas.

No es fácil alcanzar todos estos objetivos. Ni tampoco los frutos se verán de un día para otro. Pero sí es imprescindible empezar a trabajar cuanto antes. Decía Steve Jobs que "la mitad de lo que separa a los emprendedores exitosos de los que han fracasado es la perseverancia". No sólo para los nuevos empresarios. También para una sociedad que quiera ayudar a sus universitarios, éste puede ser un gran consejo.

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