España mantiene un crecimiento sólido muy similar al del año anterior. Los miedos a una significativa ralentización por el impacto de la crisis política nacional no se han cumplido. El crecimiento del PIB en términos interanuales en el primer trimestre del año ha sido del 3,4%, solo una décima por debajo del dato del cuarto trimestre de 2015. Además, el empleo mantiene un elevado dinamismo.
El nuevo informe trimestral publicado por UFM Market Trends y el Instituto Juan de Mariana sobre la coyuntura de la economía española analiza los principales datos macroeconómicos de los primeros meses de 2016. Éstos los hemos resumido en la nota de prensa que resume los resultados de este informe.
Una de las preguntas que nos hacemos es cuál ha sido el impacto de la situación actual de indefinición política sobre la entrada de inversores extranjeros. Si hay un canal de importantes consecuencias reales a través del cual un problema de este tipo se manifiesta, es el de la inversión extranjera directa, aquella que requiere mayores compromisos de largo plazo. Los inversores de cartera, ya sea en bolsa o bonos, pueden comprar y vender en plazos muy cortos; pero en la inversión directa los plazos son más largos.
Para analizar si es cierto que, como se ha dicho en ocasiones, la inversión está huyendo de España, en nuestro informe del primer trimestre hemos querido representar las entradas netas por inversión directa.
Observamos cómo es probable que, de haber existido un panorama de mayor certidumbre, 2015 hubiese cerrado con cifras mayores de inversión directa, dada la inercia positiva de la economía española.
Reduciendo la perspectiva temporal, el acumulado de los últimos 3 meses indica un bajo dinamismo reciente en las entradas netas de inversión directa, pero lejos de ser alarmante.
El saldo de la balanza financiera de España registró un aumento de los activos netos frente al exterior (salida de fondos de España para financiar operaciones en el exterior) de 31.300 millones de euros en el cuarto trimestre de 2015, excluido el Banco de España, frente a un saldo negativo de 22.200 millones del cuarto trimestre del año anterior.
Estos datos se han visto por parte de diversos medios como reflejo de una fuga de capitales importante. Ésta, sin embargo, es una interpretación equivocada de los datos. Las salidas netas de financiación, lejos de ser equivalente a una huida de inversores de España por miedo, son síntoma de un sano desendeudamiento con el exterior, que, como mostramos en el siguiente gráfico, está siendo muy modesto y gradual.
Por su parte, la partida del Banco de España ha sido el reverso, teniendo un papel relevante. Así, la posición neta del BdE frente al Eurosistema registró entradas de financiación por 23.000 millones de euros (saldo negativo), frente a las salidas de 26.000 en el cuarto trimestre de 2014. El programa de compras de activos del BCE estaría detrás de estos datos.
En definitiva, el impacto económico de la incertidumbre política no está siendo tan elevado como se temía. Ahora bien, como escribían desde Nada es Gratis tratando esta cuestión a nivel general, "la evidencia corrobora la idea de que las consecuencias sobre la evolución de la actividad económica, la prima de riesgo y el desempleo de la incertidumbre política pueden ser serias".
Los datos son incapaces de mostrarnos directamente y de forma sencilla el contrafactual, que es lo verdaderamente relevante: qué hubiera sucedido de haber tenido un panorama de mayor certidumbre.
Más detalles sobre la economía española los puede encontrar en el informe del primer trimestre de 2016 de UFM Market Trends.