Menos metro, menos Cercanías, un parque más pequeño y que no entierra las vías del tren a la salida de Chamartín. También menos viviendas, menos oficinas, rascacielos que apenas pueden llamarse así y una factura mucho más elevada para el contribuyente. Éste podría ser el resumen de Madrid, Puerta Norte, el proyecto del Ayuntamiento de Manuela Carmena para la conocida antes como Operación Chamartín.
Un proyecto que está decidido a sacar adelante. Para ello, comenzará la semana que viene los trámites necesarios para enterrar definitivamente el anterior. Tal y como apuntamos, el nuevo plan de Ahora Madrid fue presentado sin haber superado varios obstáculos legales para ponerlo en marcha; uno de los cuales obliga a cerrar el procedimiento administrativo de Distrito Castellana Norte, que continúa abierto. "El Ayuntamiento debe resolver antes el plan parcial que DCN puso encima de la mesa. Lo correcto es finalizar este procedimiento administrativo y a partir de ahí proponer algo nuevo", explican fuentes municipales a Libertad Digital.
Éste fue aprobado por la anterior Junta de Gobierno de Ana Botella y sólo faltaba elevarlo a la comisión de Desarrollo Urbano Sostenible y ésta, a su vez, al Pleno del Ayuntamiento. Pues bien, el Ejecutivo de Manuela Carmena ha acelerado la marcha, incluyendo este viernes en el orden del día de la comisión [que se celebrará el próximo miércoles] este asunto para someterlo a consideración negativa y elevarlo después al Pleno que se celebrará a finales de mayo. Un mes antes de las elecciones generales por lo que el PSOE se encuentra aún sin las manos atadas para votar junto Ahora Madrid su rechazo.
No obstante, Madrid Puerta Norte necesita el visto bueno del resto de las administraciones implicadas [Fomento y Comunidad de Madrid, fundamentalmente] a las que no se les ha informado de este nuevo plan. Tampoco al inversor privado, que tiene los derechos de explotación de esos terrenos, al menos hasta final de año. A esto hay que sumarle el hecho de que el planteamiento que había hasta ahora encima de la mesa ya tenía autorización [había sido aprobado por la Junta de Gobierno del Consistorio en la anterior legislatura]. Por lo tanto, lo que se haga nuevo tendrá que buscar al menos el mismo consenso que consiguió aquella propuesta.
Para conseguirlo, lo primero será comparar ambos planteamientos. Hay diferencias muy significativas entre lo que propone el equipo municipal y lo que DCN había pactado con ADIF, la Comunidad y el Ayuntamiento de Ana Botella. Las siguientes son las más relevantes:
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Menos viviendas y oficinas: es lo más destacado, porque ataca a la viabilidad económica del proyecto. El proyecto de Ahora Madrid reduce de 17.000 a menos de 4.600 el número de viviendas previstas y de 3,1 millones de metros cuadrados edificables se pasa a 1,7 millones. Esto se traduce en menos edificios y más bajos. La propuesta de DCN recogía cinco nuevas torres, con una altura similar a las cuatro ya existentes en la antigua Ciudad Deportiva [entre 230 y 250 metros y de 45 a 58 plantas] y una torre más que se anuncia como el rascacielos más alto de la UE [llegaría a superar los 300 metros de altura y las 70 plantas]. Enfrente, Madrid, Puerta Norte no prevé ningún edificio de más de 40 plantas.
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Metro y cercanías: es una de las grandes sorpresas del proyecto del Ayuntamiento. DCN había propuesto una reordenación del sistema de transporte público del norte de la ciudad que incluía intercambiadores, nuevas líneas de autobús, 12 kilómetros de carril-bici, etc… Y sobre todo, un ramal a la línea 10 de metro que tendría tres nuevas estaciones y una nueva estación de Cercanías. Pues bien, todo eso se cae ahora en el proyecto de Carmena y se queda reducido a una estación de metro en la actual línea diez, entre Montecarmelo y Las Tablas.
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El parque sobre Chamartín: es la estrella del proyecto de DCN. Son 200.000 metros cuadrados de zona verde sobre las vías de Chamartín, que incluyen un huerto urbano de 30.000 metros cuadrados, el más grande de la ciudad. Esta zona verde sería la segunda más grande de la capital de España detrás del Retiro (y sin contar la Casa de Campo, claro). Pues bien, en el proyecto de la corporación municipal las vías quedan al aire, apenas con un par de pasarelas para pasar de un lado a otro. Es una solución más barata, pero sorprende en un equipo municipal que presume de verde.
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Nudo Norte y de Fuencarral: es el tema que más dudas genera, entre otras cosas porque quizás sea el más urgente. Los vecinos de la zona saben que el Nudo Norte es un embudo, quizás el peor punto negro en cuanto al tráfico del norte de la capital. El proyecto de Distrito Castellana Norte preveía una serie de modificaciones sustanciales que incluían la integración de los barrios de Fuencarral y Begoña [ahora mismo casi aislados del resto de la ciudad] a través de una enorme glorieta en el final de la Castellana que desviase la mayor parte del tráfico a través de túneles. En este punto, la propuesta del Ayuntamiento es muy escueta y simplemente hace referencia a la mejora de estos grandes nudos de comunicaciones. El coste que DCN se comprometía a asumir era de casi 150 millones de euros. En la propuesta de Madrid Puerta Norte no se especifica cuánto costaría el nuevo diseño.
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El coste: quizás lo más importante de todo y un tema del que no se está hablando demasiado. Según la memoria económica de DCN, el coste total del proyecto asciende a 6.049 millones de euros, de los que 3.530 son promoción residencial y terciaria (oficinas). El resto son infraestructuras. Pero la empresa se ha comprometido a pagar de su bolsillo 1.416 millones: 731 en urbanización, 252 en cubrimiento de las vías de Chamartín, 146 en la reforma del Nudo Norte, 138 en la nueva línea de metro, 81 en obras para el Canal de Isabel II y 68 en el Nudo de Fuencarral. Luego, a las administraciones públicas les quedan otros 1.103 millones de inversión divididos entre Adif (522 millones), Comunidad (296) y Ayuntamiento (285).
Es decir, el Ayuntamiento de Madrid se encontraría con un nuevo desarrollo urbanístico de más de 2.500 millones de inversión en infraestructuras y le costaría sólo 285 millones [sin contar con que sólo en ingresos fiscales la corporación cobraría más de 800 millones y otros 600 en concepto de propietario de parte del suelo]. Parecía un negocio redondo.
Pero si el proyecto de DCN se cae, también caerán las infraestructuras. Reducir a la mitad los pisos y las oficinas tendrá un impacto directo en la obra pública. Por eso los planes del Ayuntamiento son mucho menos ambiciosos. Quitar el parque sobre Chamartín, no hacer la nueva línea de metro o plantear una reforma del Nudo Norte menos costosa es la única forma que tiene de que cuadren las cuentas.
Con un añadido más: ya hemos visto que entre DCN y Adif asumían el 77% del coste total con el proyecto vigente hasta ahora. Si sale adelante la propuesta de Carmena, será el Ayuntamiento el que tendrá que pagarlo todo. Es decir, habrá menos parque, menos metro, menos reformas en los accesos a Madrid… y a los contribuyentes todos estos recortes en servicios les saldrán más caros.
Optimismo "más allá de ideologías y prejuicios"
El concejal de Urbanismo, José Manuel Calvo, era uno de los máximos interesados en que el proyecto inicial no saliera adelante. En una entrevista con Efe, se muestra entusiasta y muy optimista con su proyecto. "No me cabe ninguna duda que hay desarrolladores privados que van a tener muchísimo interés en entrar en este proyecto; seguramente es el mejor ámbito de oportunidad que tenemos en Madrid", asegura. "Tiene una rentabilidad enorme", reseña.
Sobre la posibilidad de que DCN -que en virtud de un convenio con Adif es la gestora del suelo- lleve a los tribunales el plan municipal, el concejal responde que en el marco actual no puede exigirse al Ayuntamiento "absolutamente nada" ya que por ahora se ha puesto sobre la mesa "un documento para hablar con el resto de agentes implicados". "Todos los pasos los damos con la máxima seguridad jurídica", señala el delegado, quien no obstante dice que el Ayuntamiento impulsará las iniciativas que considere "con independencia de las medidas que tomen los particulares en defensa de sus derechos".
Calvo habla también de las diferencias entre un proyecto y otro. En concreto, sobre el hecho de que no se cubran las vías del tren en su nuevo plan. "No puede ser que se le impute a un privado ni a nadie la construcción de una losa totalmente innecesaria que costaba 900 millones", explica. "Con independencia de que el futuro Gobierno sea de derechas, de izquierdas o de centro, estará interesado en reformar la estación de Chamartín; es una reivindicación histórica, los madrileños queremos tener en el norte una estación del siglo XXI y la reforma hay que abordarla cuanto antes", sostiene.
Calvo, que asegura haber remitido a todos los agentes implicados la documentación sobre el plan, dice haber mantenido un "diálogo permanente" sobre el proyecto con DCN y en concreto con su presidente, con quien se ha reunido "más de cuatro veces", una de ellas en el mes pasado junto con la alcaldesa, Manuela Carmena. "Una anécdota: precisamente la alcaldesa y yo tuvimos el miércoles una reunión con los dos arquitectos que desarrollaron el proyecto inicial de la Operación Chamartín, Simon Smithson y Richard Rogers. Ellos son urbanistas y comparten el plan del Ayuntamiento", explica el delegado de DUS.
"Cualquier técnico, más allá de la ideología y de los prejuicios que pueda tener, coincide en que el proyecto que presenta el Ayuntamiento es muy razonable, plantea una ordenación posible y viable y tiene muchísimas posibilidades de desarrollarse", asegura.