La tasa turística que aplica Cataluña a los viajeros que osen pernoctar en sus hoteles no es suficiente para Ada Colau. La nueva alcaldesa de Barcelona continúa su cruzada contra el "modelo turístico" de la Ciudad Condal, esta vez, con la aplicación de otro nuevo impuesto.
Así lo ha explicado este jueves la concejal de Ciutat Vella, Gala Pin. Según recoge El País, Gala Pin ha asegurado que el Gobierno municipal estudia "revisar la fiscalidad" del turismo a través de una tasa que se aplicará a los visitantes que sólo van a pasar el día a la ciudad, como los cruceristas o los llamados excursionistas. En el caso de los autocares, una fórmula para aumentar la recaudación podría ser la de vincular el peaje a la tasa de aparcamiento que pagan por estacionar, añaden fuentes municipales.
Actualmente, los cruceristas ya pagan una tasa si su barco permanece más de 12 horas atracado en la ciudad, lo que está provocando que los barcos hagan una escalada más breve en Barcelona.
Nada más entrar al Gobierno, Colau anunció una moratoria hotelera, que ha sido hasta ahora la medida más agresiva para el sector. La alcaldesa ha paralizado la concesión de licencias para todo tipo de alojamientos turísticos, lo que ha dejado en el aire a medio centenar de proyectos. Los expertos auguran que, ante la falta de oferta, los precios de los hoteles en la ciudad se van a disparar.