Según Eurostat, 2,9 millones de españoles sufren de "privación material severa". Es una cifra muy alta. De hecho, sorprende que en 2015, en un país del primer mundo, casi tres millones de personas entren dentro de esta categoría. No es un dato menor y es lógico que genere preocupación y que sea una prioridad en la política económica de todos los partidos.
Sin embargo, la cifra también llama la atención por lo alejada que está de los titulares que normalmente se leen. No son ni 20 ni 10 millones. Además, esos 2,9 millones suponen el 6,4% de la población española. También muy lejos del 30% que se suele utilizar cuando se habla de pobreza en España.
Y por último, hay que destacar que el dato supone un punto de inflexión respecto a la tendencia que se inició con la crisis. En 2014, el porcentaje de españoles en "privación material severa" alcanzaba el 7,1%. Son siete décimas más que en 2015. Es una noticia que debería alegrarnos. Con toda la atención que se le ha dado en los últimos años a los indicadores de pobreza, parecería lógico que los medios españoles le hubieran dedicado un buen espacio a la buena nueva. Pues tampoco. El dato ha pasado prácticamente desapercibido. ¿Menos de tres millones? ¿Un 10% menos que en 2014? ¿Cerca del 6,1% que hay en el Reino Unido? Parece que nada de esto interesa.
Las cifras de la pobreza
Detrás de esta disparidad, está el uso de las estadísticas sobre pobreza. El INE publica cada año su "Encuesta de condiciones de vida", que incluye el indicador AROPE de "riesgo de pobreza o exclusión social". Este índice se construye alrededor de tres métricas:
- "Riesgo de pobreza": ingresos por unidad de consumo por debajo del 60% de la mediana.
- "Hogares sin empleo o con baja intensidad en el empleo": es decir, en los que sus miembros en edad de trabajar lo hicieron menos del 20% del total de su potencial de trabajo.
- "En carencia material severa": personas que cumplen al menos cuatro de los siguientes nueve conceptos. 1. No puede permitirse ir de vacaciones al menos una semana al año. 2. No puede permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días. 3. No puede permitirse mantener la vivienda con una temperatura adecuada. 4. No tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos (de 650 euros). 5. Ha tenido retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda principal (hipoteca o alquiler, recibos de gas, comunidad...) o en compras a plazos en los últimos 12 meses. 6. No puede permitirse disponer de un automóvil. 7. No puede permitirse disponer de teléfono. 8. No puede permitirse disponer de un televisor. 9. No puede permitirse disponer de una lavadora.
Cualquier persona que esté en cualquiera de los tres epígrafes, entra dentro de AROPE, una medida que indica el "riesgo" de pobreza. En 2013, esa cifra sumaba el 29,2%. Ésta es la cifra que ha generado los titulares sobre los millones de personas o el elevado porcentaje de españoles pobres. La estadística es la que es. Luego la cuestión es cómo se use. Lo habitual es poner una foto de un mendigo o una persona rebuscando en el cubo de la basura al lado de una información que se titula con ese 29%. ¿Es ésa una imagen realista de lo que explica el indicador?
Para hablar de pobreza, no hay que llegar a la imagen extrema del vagabundo. Por ejemplo, el índice que la semana pasada publicaba Eurostat sí contiene muchos de los elementos de lo que entiende el ciudadano medio como "pobreza" o situaciones equivalentes. Y quizás por eso sería lógico que fuera el más usado para ilustrar cuál es la realidad en España, en términos absolutos y en comparación con el resto de Europa (gráfico con cifras de Eurostat para 2015 o último año con datos disponibles).
Las cifras son las siguientes:
- Si tomamos el indicador general de "privación material severa", España (6,4%) está algo mejor que la media de la UE, pero peor que Francia (4,5%), Alemania (5,0%) o Reino Unido (6,1%), los países con los que solemos compararnos. De entre los grandes países de la UE, sólo Italia (11,5%) tiene una cifra superior a la nuestra.
- La evolución durante la crisis de este indicador muestra un claro empeoramiento. En 2009, menos del 5% de los españoles padecía "privación material severa". En 2013, la cifra era el 7,1% que apuntábamos antes. La última cifra (de 2015) cae hasta el 6,4%. Esto ha generado que pasemos de estar más o menos en la media de los grandes países de la UE (por ejemplo, Francia tenía un 5,3% en 2011) a estar algo peor en términos relativos.
- También es cierto que la mejoría es notable en el último ejercicio. Pasar del 7,1% al 6,4% implica una caída del 10%. La recuperación también se nota en esta estadística.
- De los nueve indicadores que forman el índice general de "privación material severa", quizás el que más se asocie con la pobreza sea el segundo: "No poder afrontar la compra de carne, pollo, pescado o equivalente" cada dos días. En este caso, la cifra para España es del 2,6% en 2015 (desde el 3,3% en 2014). En esta cuestión hay que celebrar que nuestro país está entre los mejores de la UE. Por ejemplo, en Alemania el dato es del 7,5% y en Francia el 7,3%. Sólo los países nórdicos, Holanda y Luxemburgo tienen una cifra inferior a la española. Tampoco esta buena posición relativa es demasiado conocida por el español medio (en parte porque muy pocas veces se destaca este dato en los medios de comunicación).