16.767 Síes. Eso es lo que Manuela Carmena ha conseguido en el primer proceso participativo vinculante que el Ayuntamiento de Madrid ha abierto y que tanta publicidad ha recibido en los últimos meses. Se trataba de la posible reforma de la Plaza de España (por cierto, el mismo lugar en el que está el Edificio España en el que Wanda tenía su proyecto). Y los promotores de la encuesta han dado este lunes a conocer sus resultados. Y ha ganado el sí, por lo que habrá reforma.
Eso sí, con los resultados en la mano tampoco queda muy claro cómo será esta reforma, ni lo que implicarán las respuestas de los madrileños. Viendo el formulario que se había puesto a disposición de los vecinos, era previsible que ocurriera esto. Las preguntas eran muy abiertas y las respuestas susceptibles de innumerables interpretaciones.
¿Proceso participativo? Pues no se ha participado mucho. ¿Vinculante? Pues da la sensación de que tampoco. ¿Realmente el ayuntamiento quiere conocer la opinión de los madrileños o es todo un ejercicio de propaganda? Por ejemplo, en la cuenta de Twitter oficial del ayuntamiento se ha colgado el siguiente tuit:
Casi un 63% de los ciudadanos madrileños apuesta por la remodelación de la Plaza de España. https://t.co/gBQG3PoqHE pic.twitter.com/7L4yX7g3oP
— Ayuntamiento Madrid (@MADRID) 28 de marzo de 2016
Esto no es cierto. El 63% de los madrileños no se sabe si está a favor o en contra de la reforma, simplemente porque no han votado. Y aunque lo hubieran hecho, de sus respuestas no se podría inferir demasiado.
La encuesta
Desde que llegó al Gobierno de la capital, el equipo de Ahora Madrid ha hecho bandera de la participación ciudadana. De hecho, han realizado fuertes campañas publicitarias para dar a conocer las nuevas herramientas, con los autobuses de la EMT llenos de anuncios de DecideMadrid, la web que se puso en marcha para canalizar este proceso.
El problema es que esto de la participación es más fácil de decir que de cumplir. Por ejemplo, en el caso que nos ocupa. La pregunta alrededor de la que gira la encuesta es "¿Crees necesaria la reforma de la Plaza de España?". Y es evidente que una respuesta afirmativa puede tener cientos de interpretaciones diferentes. Probablemente, cada vecino tenga una reforma en la cabeza. Por eso, ¿cómo saber lo que quieren los 16.767 que han votado que "Sí"?
Para resolver esta cuestión, los promotores idearon una serie de preguntas en las que teóricamente había más detalle. Pero tampoco aquí es sencillo interpretar los resultados. Por ejemplo, una de las respuestas con más apoyo de los participantes llega en la pregunta 4: "¿Qué usos o funciones te gustaría que se realizaran en la Plaza de España?". El 82% de los que respondieron marcaron la casilla "verde". ¿Y esto qué quiere decir? ¿Quizás que los madrileños quieren más árboles en la Plaza? Podría parecer evidente, pero luego llega la pregunta 8b, "¿Qué crees que hay que hacer con los árboles que hay actualmente en la plaza? Y el 44% apuesta por "mantenerlos" y sólo el 49% por "ampliar su número".
Los resultados
- 26.961 encuestas válidas (más 1.288 nulas), con 16.767 votos a favor de "reformar" la Plaza de España, 7.136 en contra y 2.719 "no sabe". Según los datos del Padrón del ayuntamiento, en Madrid hay 3.141.991 habitantes de los que 429.928 tienen menos de 16 años (y no podían votar en la encuesta). Esto deja un total de 2.712.063 potenciales participantes, de los que apenas el 1% votó y sólo el 0,6% lo hizo a favor de la opción que defendía el Ayuntamiento (y eso teniendo en cuenta lo abierto de la pregunta).
- Tampoco los vecinos más afectados parecen muy implicados en el proceso. La Plaza de España está en Moncloa-Aravaca. Pues bien, apenas 1.610 encuestas llegaron de este distrito, en el que viven más de 115.000 personas.
- Pregunta 9: "¿Crees que el diseño de la plaza debe favorecer sobre todo las necesidades de… los vecinos de la zona; los vecinos de toda la ciudad; los turistas y visitantes; todos los anteriores?". Éste es un ejemplo perfecto de ese tipo de preguntas que pueden significar cualquier cosa según quien interprete los resultados. El 55% de los participantes han escogido "de todos los anteriores".
- También hay preguntas que afectan directamente a los que allí viven. Por ejemplo, la pregunta 7, sobre los locales comerciales del subsuelo (se pregunta qué uso tendría que ser prioritario) y la 12 sobre las plazas de aparcamiento en la zona. Ahí surgen dos incógnitas sin respuesta. La primera es si todos los vecinos de Madrid tienen derecho a interferir en negocios privados como los que existen en los bajos de la Plaza de España o en el tipo de parking al que pueden acceder los vecinos. Así cuando se pregunta si el aparcamiento tiene que ser sólo para residentes o todo de rotación, ¿quién debe votar? ¿Todos los madrileños? ¿Los que viven por allí? ¿También los que trabajan? ¿Es legítimo que alguien que viva en Arturo Soria le diga a los de Plaza de España que tienen que reducir sus plazas de parking por si le apetece ir a cenar al centro?
Y la segunda cuestión es qué implican en realidad las opciones presentadas. En cuanto al uso de los subterráneos, por ejemplo. La encuesta habla de "usos culturales" y ésa fue la opción más votada. ¿Pero esto qué significa? ¿Un teatro, cine, locales para organizaciones sociales, expulsar los restaurantes o agencias chinas que están instalados? Pues todo queda al arbitrio del concejal de turno. Vamos, como hasta ahora.
- ¿Y esto quién lo paga? No, esta pregunta no aparece en la encuesta, aunque el tema del coste sí sale a relucir. Pero tampoco queda claro qué significa en realidad. Por ejemplo, la pregunta 13: "¿Consideras que las obras de la Plaza de España deberían realizarse reduciendo al máximo el impacto ambiental, aunque ello suponga un incremento en los costes?". La respuesta que ha ganado es "Sí". Eso quiere decir que cueste lo que cueste no se puede ni tocar un árbol. ¿Y si eso encarece la obra 5 millones de euros? ¿Y si son 10? ¿Y si son 20? Pues tampoco hay una conclusión. Al final, también aquí parece que decidirá el concejal implicado, exactamente igual que ocurría hasta este momento.
- Con todo esto, el resumen del referéndum podría ser que los participantes quieren un espacio más verde y peatonal, abierto (es decir, que no tenga zonas diferenciadas), con aceras más grandes, menos aparcamiento en superficie y que se una con otras zonas peatonales de la ciudad. También es cierto que nada de esto es muy concreto y hay cientos de opciones que cumplirían con estos requisitos.
En muchas ciudades se pregunta a los ciudadanos sobre diversos aspectos de la vida en común. Y no tiene nada de malo que un ayuntamiento pulse la opinión pública y consulte a los vecinos, por cierto algo que no es ninguna novedad, ni en España ni en Madrid. Lo que es más engañoso es venderlo como si fuera algo único o novedoso. O hacer creer a los ciudadanos que se hará exactamente lo que ellos quieran. Ni una cosa ni otra son ciertas. Los casi 2,6 millones de madrileños de más de 16 años que no se han molestado en votar, por mucho que se lo han recordado y publicitado, parece que sí lo han comprendido.