Varapalo al sector de la leche. La multinacional Lactalis, propietaria de Lauki, anunció la semana pasada la clausura de su histórica fábrica en Valladolid. El cierre se producirá "en los próximos meses", informó la propia compañía en un comunicado.
La empresa ha tomado esta decisión debido a "una situación de sobrecapacidad de la estructura productiva que dificulta competir en un contexto de descenso en el consumo de leche y alta competitividad". Explican que la planta de Valladolid "se ha visto impactada en mayor medida por el descenso continuado de ventas de la marca Lauki, el estancamiento de la demanda de leche pasterizada así como la pérdida de producción de marcas de distribuidor que venía fabricando para el mercado portugués".
"En consecuencia, la actividad de esta fábrica ha descendido significativamente en los últimos años, lo que ha deteriorado su competitividad", añadieron. Además, esta decisión se enmarca dentro de un proceso de "racionalización", ante la necesidad de reducir capacidad, concentrando volúmenes, "con objeto de garantizar la continuidad de las marcas, especialmente Lauki, y ganar eficiencia industrial".
El alcalde amenaza a la empresa
Lejos de tener en cuenta que cuando una empresa decide cerrar es porque su negocio no funciona, el alcalde de Valladolid, Óscar Puente (PSOE), ha arremetido este martes contra Lauki.
Tras reunirse con los sindicatos de la compañía, Puente ha advertido a la empresa láctea que se enfrentará a su decisión de poner fin a su actividad en la ciudad en todos los frentes: "el político, el jurídico, movilizaciones y comunicaciones". El regidor de la ciudad ha llegado a asegurar que si Lauki osa llevar a cabo su decisión de marcharse emprenderá "una campaña de imagen" contra la firma que hará que tenga muy "complicado su futuro" y su marcha "no le salga gratis".
Puente ha insistido en que la empresa vallisoletana es rentable y que el grupo Lactalis cerró el pasado año con unos beneficios sólo en líquidos de cien millones de euros. Según el socialista, las prácticas empresariales de Lactalis consisten en "comprar al competidor para derivar la producción a otros centros y luego cerrar para echar a la competencia y copar la cuota de mercado".
Lactalis es dueña de otras firmas como Chufi, President, El Ventero o Gran Capitán.
La compañía ha asegurado que va a iniciar un período de negociaciones con los trabajadores con el "objetivo prioritario de minimizar el impacto social y buscar soluciones de empleo vía recolocaciones". La fábrica de Valladolid cuenta con 85 trabajadores.