Podemos no le pondrá fácil al PSOE la negociación para formar Gobierno. Este lunes, la formación morada ha presentado sus exigencias. Lo ha hecho con un documento extenso (casi 100 folios) en el que detalla sus propuestas para lo que denomina "un Gobierno del cambio". Y, al menos en la parte económica, la formación morada ha decidido que no se apea de ninguno de sus planteamientos.
El plan económico que Iglesias ha puesto sobre la mesa es un calco de su propio programa electoral, que es la base del documento. El partido, nacido de la fusión entre un grupo de profesores de Políticas de la Universidad Complutense e Izquierda Anticapitalista, quiere marcar distancias con un PSOE que también ha puesto sobre la mesa algunas propuestas dirigidas a su electorado situado más a la izquierda. Por eso, tanto en el lenguaje como en el fondo de las medidas, Podemos ha dejado un mensaje claro a los socialistas.
Y el mensaje es que no piensan dar ni un paso atrás. En los últimos día, PP, PSOE o Ciudadanos han ido presentando sus documentos para la negociación. Evidentemente, todos ellos se basan en sus programas electorales, pero también es cierto que han dejado caer propuestas que podían imaginar que los alejaban de sus socios de coalición. De esta forma, el PP presentó el pasado jueves un plan para cinco pactos que modificaba cuestiones fundamentales en gasto público y mercado laboral respecto al programa para el 20D. Pedro Sánchez, por su parte, ya no pide la derogación de las reforma de las pensiones del PP, en lo que parece un gesto destinado a hacer más sencillo el acuerdo con Ciudadanos. Y desde el partido de Albert Rivera también han dejado caer alguna de sus promesas más queridas, como el contrato único, que ya no parece una línea roja para alcanzar un pacto.
Podemos no está dispuesto a negociar de esa forma. Su propuesta de pacto es, en materia económica, un resumen de su programa electoral (y no muy resumido, lo fundamental está casi todo). Es más, en la mayoría de las grandes cuestiones, es simplemente un corta-pega. Al encargado de redactar este capítulo le ha bastado con un poco de Control+C - Control V, cambiar el color de los títulos, retocar el tipo de letra y reorganizar algo el orden de las propuestas. Pero no hay ninguna novedad, ni tampoco un intento de acercamiento a Sánchez. Es como si Iglesias quisiera decir: "Esto es lo que hay. Si quieres, lo coges y si no, elecciones". No se intuye ninguna concesión.
Las siguientes imágenes son sólo un ejemplo, pero hay decenas más a lo largo de todo el programa. Son dos capturas de pantalla del programa de Podemos para el 20-D y de su "Plan para un Gobierno de cambio" en el capítulo dedicado a la "renta garantizada". Es lógico que haya coincidencias, pero lo que llama la atención es que éstas se repiten a lo largo de todo el documento y en todas las cuestiones relevantes.
En su comparecencia de este lunes ante los medios de comunicación Pablo Iglesias ha presentado su documento a bombo y platillo. Como si de una entrega de premios se tratara, Iglesias ha agradecido uno por uno a todo el equipo que "se ha dejado las pestañas", enfatizaba, para "que este documento llegase a tiempo este lunes". No ha aclarado Iglesias si por "dejarse las pestañas", entiende copiar y pegar en su documento cada una de las promesas económicas que ya dejó plasmadas en su programa electoral y no tocar ni uno de sus principales postulados:
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Gasto público: 100.000 millones más
Al igual que en su programa electoral, la piedra sobre la que basa Podemos todo su plan de Gobierno es el incremento del gasto público en unos 96.000 millones al año respecto a lo previsto ahora mismo de aquí a 2019. Eso sí, hay que destacar que lo que pide la formación no es subir el gasto de aquí al final de la legislatura en 100.000 millones. El documento habla de incremento respecto a las estimaciones del actual Gobierno. En la memoria económica de su programa, Podemos situaba el incremento del gasto total en unos 134.000 millones de euros al final de la legislatura.
¿Y cómo se financiaría este gasto extra de 96.000 millones? Podemos lo divide en cuatro apartados:
- Lucha contra el fraude: 12.000 millones
- Reforma fiscal: 28.000 millones
- Crecimiento económico extra derivado del efecto expansivo de sus medidas: 29.700 millones
- Nuevo calendario de reducción de déficit: 26.300 millones
Por cierto, una curiosidad; justo en este punto aparece una de las poquísimas desviaciones respecto al programa electoral: en aquel documento la reducción del déficit aportaba 26.400 millones, 100 más que ahora y la reforma fiscal en vez de sumar 40.000 millones se quedaba en 39.900 millones. Han hilado fino aquí en la formación morada (o quizás ha sido sólo para redondear las cifras, al fin y al cabo, queda mejor 40.000 que 39.900).
Llaman la atención dos cuestiones. La primera es que Podemos asegura que llegará al final de la próxima legislatura recaudando 40.000 millones de euros más en impuestos de lo que prevé el PP. La segunda es que la formación de Pablo Iglesias confía más de la mitad de su incremento de gasto público a dos factores que no puede controlar directamente. El primero es el crecimiento económico que generen sus medidas. A ellos las cuentas les salen en casi 30.000 millones. Aunque habrá quien piense que lo que harían sus propuestas electorales es exactamente lo contrario, no sólo no estimular la actividad económica, sino deprimirla.
Pero además, en Podemos creen que conseguirá que Bruselas les dé más margen con el déficit público. Al igual que su aliado y amigo, Alexis Tsipras, Pablo Iglesias piensa que podrá negociar con Angela Merkel y los demás jefes de Estado un cumplimiento mucho más laxo de consolidación fiscal. Porque no pide un ajuste de unas décimas: lo que propone Podemos es no bajar del 3% del Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE hasta 2018 (en ese año el objetivo de Bruselas para España es del 0,3% de déficit) y mantener unos números rojos del 2,2% en 2019. Y eso si se cumplen sus muy optimistas previsiones de crecimiento económico, que están por encima de lo que prevén todos los analistas. Con un crecimiento en la media de lo previsto por los organismos internacionales y estas promesas de gasto, Podemos terminaría con un déficit por encima del 5%.
Impuestos
En lo que hace referencia a los impuestos, Podemos tampoco da ni un paso atrás. Si el PSOE cede, habrá subidas en todos los tributos, además de unos cuantos impuestos nuevos.
- En IRPF el documento dice lo siguiente: "A partir de 60 000 euros de base imponible, se aumentará el número de tramos del IRPF y el tipo marginal de cada tramo desde el 45 % actual hasta un 55 % para rentas superiores a 300 000 euros anuales. Se corregirá progresivamente la dualidad de la tarifa entre rentas del trabajo y ahorro en el IRPF, para avanzar hacia una tarifa única". Hay que recordar que los tipos de las rentas del ahorro se sitúan ahora mismo entre el 19 y el 23%: Podemos pide llevarlos hasta el 55%.
- Impuesto de Sociedades: "Unos tipos efectivos realmente próximos a los tipos nominales, que se fijarán en el 30 %, y se establecerá un tipo mínimo para las grandes empresas y un tipo diferencial para los beneficios distribuidos y los beneficios reinvertidos, que será del 25%". De llevarse a cabo (tipos reales del 30%), significaría la mayor subida fiscal de la historia para las empresas españolas, que tendrían que una de las facturas en impuestos más elevadas de la Eurozona (hay algunos países con tipos nominales más altos, pero que sí prevén deducciones o bonificaciones que Podemos promete eliminar).
- Otros impuestos: Podemos mantiene su promesa de recuperar el Impuesto de Patrimonio, así como los de Sucesiones y Donaciones, de aplicar un IVA de lujo del 25%, (algo que no se permite por la legislación europea, por lo que su única forma de hacerlo sería incrementando el tipo general), crear varios nuevos tipos de impuestos verdes, varios impuestos sobre operaciones financieras…
Mercado laboral e industria
Tampoco hay novedades en esta cuestión. Podemos recupera todas sus exigencias, entre ellas la creación de un nuevo Estatuto de los Trabajadores que derogue las dos últimas reformas laborales, incluyendo la del PSOE, y que acabe con la flexibilidad en el mercado español. Tanto en lo que tiene que ver con el despido como con la negociación colectiva, Podemos pide un marco de relaciones laborales muy intervenido, en el que el Gobierno y los tribunales tengan poder de decisión constante sobre las decisiones de las empresas. Y con unas centrales sindicales muy poderosas, a las que se refuerza acabando con la negociación colectiva a nivel de empresa. Además, promete un Salario Mínimo de 950 euros al final de la legislatura.
La apuesta de Podemos incluye lo que denomina "Pacto Nacional por la Economía Productiva", que "desplace el centro de gravedad de la economía desde una lógica financiera hasta una lógica productiva" y que incluya "la participación de los trabajadores y la diversificación de la presencia geográfica de las empresas". Se intuye detrás de esta medida una propuesta para que las empresas no puedan tomar decisiones de forma autónoma, sino que tengan que ajustarse a los requisitos impuestos desde el Gobierno.
Por último, en este capítulo Podemos también propone la creación de una nueva industria pública, que multiplique el actual sistema de empresas estatales y que esté apoyada por una gran banca pública: "En esta nueva política industrial cobran un mayor peso los instrumentos financieros públicos para crear sinergias entre las capacidades innovadoras y financieras del sector privado y del sector público (…) El Gobierno del Cambio renegociará los términos del memorándum de entendimiento firmado con la UE para poner en marcha una potente y eficaz banca pública a partir de las entidades ya nacionalizadas Bankia y Banco Mare Nostrum, que no serán reprivatizadas, y del ICO".
Renta básica y pensiones
Podemos también recupera de su programa sus planes de renta básica y renta complementaria al empleo. De hecho, aquí no cambian ni una coma. Las propuestas 101 y 102 del programa electoral se trasladan aquí como "programa de renta diferencial" y "programa de renta complementaria". El primero es una renta básica que iría de 600 a 1.290 euros en función del tipo de familia y el segundo es un salario de complemento para trabajadores con ingresos inferiores a 900 euros.
Y del mismo modo, Podemos se reafirma en lo que tiene que ver con las pensiones públicas. También aquí la formación de Iglesias exige a Sánchez la derogación de las dos últimas reformas de las pensiones, estableciendo la edad máxima de jubilación en los 65 años e indexando las cotizaciones al IPC. Del mismo modo, mantiene su propuesta de introducir nuevos impuestos para compensar el creciente déficit del sistema y piden "eliminar el tope máximo de cotización, sin necesidad de incrementar la pensión máxima en similar proporción", pasando de este modo de un modelo fundamentalmente contributivo a uno asistencial (algo que se refuerza con su promesa de disparar las pensiones no contributivas).
Por último, destaca el capítulo dedicado a la política de viviendas, uno de los aspectos en los que Podemos más se ha significado en los últimos años. La formación mantiene intactas sus propuestas que, de llevarse a efecto, harían prácticamente imposible el desahucio de cualquier inquilino o hipotecado que dejase de pagar su renta o préstamo, y que también protegerían a los okupas que se hubieran instalado en un inmueble ajeno:
- "En ningún caso se podrá realizar el desalojo o desahucio de personas en situación de vulnerabilidad, ya sea por impago del alquiler u ocupación en precario motivada por la falta de vivienda, sin que la administración competente garantice un realojo adecuado.
- Derecho a la dación en pago con carácter retroactivo.
- Garantizará el acceso a los suministros básicos como parte del derecho a una vivienda digna y adecuada. Se impedirán los cortes de suministros básicos de agua, luz y gas a aquellas personas y unidades familiares que estén padeciendo una situación de vulnerabilidad. (…) Las compañías suministradoras no podrán repercutir la correspondiente caída de sus ingresos al resto de consumidores ni exigírsela al Estado.
- Asegurará el alquiler estable y asequible. A través de una reforma de la Ley 29/ 1994, de 24 de noviembre, de arrendamientos urbanos, se facilitará un alquiler estable y asequible. Se regulará el alquiler para proteger a la parte en general más débil en los contratos de arrendamiento: los inquilinos".